Una pareja feliz recibe por correo un muñeco de ventrílocuo y en menos que canta un gallo... ¡zas! Lo cierto es que las películas de muñecos diabólicos abundan en la historia del cine. Y no hablo sólo de Chucky, ya que también está la saga de Robert, por ejemplo, y hasta una curiosa peli en la que el asesino es Pinocho.

En esta, avalada por la dirección de James Wan, ya sabemos que habrá algo nuevo. Y lo encontramos en el giro final, recurso del que Wan es un maestro como demostró en Saw.

Os voy a contar lo que me ha pasado con esta película, que es algo bueno y malo a la vez para valorarla: me puse a verla pensando que no la había visto, pero a los dos minutos recordé que sí la había visto ya. Pese a ello, la volví a ver. Es decir, entretiene sin más y la borras pronto de tu mente, pero es muy correcta y se deja ver dos veces.

Flipo con estas cosas, me encantan. Quizás mi opinión no sea objetiva porque como película estamos ante una porquería de proporciones gigantescas, pero como diversión sin más pretensiones merece un sobresaliente.

El argumento es sencillo: un zoólogo captura al Chupacabras y lo embarca sin avisar en un crucero para llevárselo a su laboratorio. Parece que haberlo embarcado en un buque de carga no daría tanto juego, así que nada, el Chupacabra se va de crucero.

Los dos curiosos de turno abren la caja del animal y se desata la carnicería. Hay un par de personajes insoportables que estamos deseando que devore el monstruoso polizón, pero bueno.

Este tipo de cine entretiene, es su objetivo y lo consigue. Te saca un par de carcajadas y ya, misión cumplida.

NOTA: El papel del asistente gay de la vieja rica es sin lugar a dudas el peor trabajo como actor de la historia del cine. Si el señor en cuestión tiene el mismo rango interpretativo que una chancla, lo terminan de hundir los diálogos de anormal perdido y la peluca, que parece que tiene un gato durmiendo en la cabeza. Ojocuidado.

Estamos ante la típica película rodada con cuadro duros, pero no da vergüenza ajena como otras (que me encantan, por cierto). No tiene buenos efectos especiales y los extraterrestres son menos creíbles que un billete de tres euros, pero es imposible hacer más con menos dinero... porque se nota en cada escena que el presupuesto debía ser más corto que las mangas de un chaleco.

Conforme avanza la película y se van viendo mejor las criaturas se nota más esa falta de recursos, pero se agradece esa valentía y sinceridad al rodarla. Mejor así que limitarse a mostrar ruidos y objetos moviéndose solos, por supuesto siempre a oscuras, como hacen muchísimas películas, incluidas algunas de presupuesto astronómico.

No esperes ver una obra de arte del cine. No esperes ver efectos especiales que no den vergüenza. No esperes más que pasar un rato divertido con una película llena de buena música y un guión muy simple.

Si eres fan del rock-metal ochentero debes verla sin duda. Lo "mejor" puede ser una de las escenas finales, que no se pueden contar sin spoiler... esos monstruitos de cartón piedra son menos reales que un billete de tres euros, pero como dan más risa que miedo cumplen bien su función: entretenerte un rato.

Me acabo de registrar en Filmaffinity para poder comentar esto: SI HAS LEÍDO EL LIBRO 'LA CÚPULA' NO VEAS ESTA SERIE.

Yo leí el libro y me pareció muy muy muy bueno, así que me dispuse a ver la serie después. Son tres temporadas (38 episodios) y estoy viendo el último ahora mismo, así que hablo con conocimiento de causa: la serie no se parece en nada al libro. En el primer capítulo se ven ya diferencias grandes, pero enseguida te das cuenta de que sólo se parece al libro en los nombres y en la idea de una cúpula sobre un pueblo. No más. Es una cosa totalmente distinta.

Si no has leído el libro y quieres entretenerte puedes ver la primera temporada, pero si no te fumas 54 canutos y te comes 23 tripis no aguantarás lo demás. Menudo desfase loco y mezcla de conceptos que no hay por donde cogerlos. Claramente le sobran 20 episodios o más. Entre huevos, capullos, marcianos que no se sabe cómo llegan... las reuniones de guionistas deberían ser una orgía de grifa barata y whisky de 3 euros, si no, no se entiende.