- Ala, ahora estamos en 1985 y me he dejado a mi padre en la prehistoria, tenemos que volver para matar a mi bisabuelo y así conseguir el diario con las instrucciones que nos permitirán abrir un pozo del tiempo con el que viajar al futuro y salvar a la humanidad de un virus
- Claro, un momento que termine de asustar a este dinosaurio con la bocina de mi autobús

La primera temporada, curiosa y entretenida.
La segunda, un disparate. La voy a terminar para no dejarla así, pero estoy deseando que se acabe esto desde el episodio 2 y voy por el 12... tenía de nota un 7 y ya le he bajado al 3 por el global...

La propuesta, la idea original es muy buena. Me gustó y me pareció novedosa, pero luego la trama tiene más agujeros que un queso Gruyère.

La idea de una película de terror en torno al teatro es buena, pero lo novedoso es la forma de abordarlo, de meter al espectador en el espectáculo. Si existiese algo así en la vida real yo iría.

La fotografía, la escenografía y todos los detalles están cuidados al máximo y con un buen nivel. Por su parte las interpretaciones son bastante correctas, sin alardes.

No hay exceso de sangre para lo que podría haber sido y eso se termina agradeciendo porque el argumento nunca es superado por los sustos sin venir a cuento y el exceso de ketchup.

El problema es que muchas cosas se ven venir de lejos y hay muchas preguntas sin respuesta lógica. Pese a ello, si no eres muy exigente es una película que se deja ver. Por cierto, la banda sonora es magnífica.

Desde el minuto uno de película estás deseando que salgan los zombis y se los coman a todos. Un asco de personajes insufribles, sobre todo el gordaco guarro monotemático.

En pleno apocalipsis zombi ibicenco, una pandilla de imbéciles mantiene diálogos tan absurdos como su manera de actuar. Más tontos no pueden ser, dan vergüenza ajena todos. Pero es que resulta intragable las cosas que hacen, que parecen más psicópatas que personas normales.

Algo de gore, zombis que no es que estén mal hechos, pero no dan para mucho y alguna tía buena y tipo cuadrado.

Muy poco que destacar de una película con todos los tópicos del cine zombi y los clichés de adolescentes gilipollas llevados a su máxima expresión.

Hay que tener poca vergüenza para grabar estas cosas. Los efectos especiales son lamentables, los disfraces parecen de Aliexpress y los maquillajes de fiesta de colegio.

Por si fuera poco, aparecen al menos un par de escenas de otra película mala como es 'El último guerrero'. Sí, ahí sin venir a cuento aprovechan escenas de caballos y brujas para ahorrarse grabarlas de nuevo.

La historia une el destino de un caballero y un niño mago que viaja acompañado de un bicho que no se sabe qué es pero parece el resultado de una noche loca entre Chewbacca y Mimosín.

En un desfile sin fin de criaturas mal hechas y decorados de cartón piedra discurre este engendro cinematográfico que tiene segunda parte.

Se deja ver, pero si estás borracho mejor.

Flipo con estas cosas, me encantan. Quizás mi opinión no sea objetiva porque como película estamos ante una porquería de proporciones gigantescas, pero como diversión sin más pretensiones merece un sobresaliente.

El argumento es sencillo: un zoólogo captura al Chupacabras y lo embarca sin avisar en un crucero para llevárselo a su laboratorio. Parece que haberlo embarcado en un buque de carga no daría tanto juego, así que nada, el Chupacabra se va de crucero.

Los dos curiosos de turno abren la caja del animal y se desata la carnicería. Hay un par de personajes insoportables que estamos deseando que devore el monstruoso polizón, pero bueno.

Este tipo de cine entretiene, es su objetivo y lo consigue. Te saca un par de carcajadas y ya, misión cumplida.

NOTA: El papel del asistente gay de la vieja rica es sin lugar a dudas el peor trabajo como actor de la historia del cine. Si el señor en cuestión tiene el mismo rango interpretativo que una chancla, lo terminan de hundir los diálogos de anormal perdido y la peluca, que parece que tiene un gato durmiendo en la cabeza. Ojocuidado.