Una preciosidad de película, de eso no cabe duda. La dirección es ejemplar, mostrándonos cada detalle de la vida de unos niños pausadamente, con recursos tan sutiles y bellos como mostrar el paso del tiempo a través de la caída del esmalte de uñas. Todos los protagonistas, sin excepción, están maravillosos; especialmente el hijo mayor, que probablemente se convertirá en un gran actor.

El problema que le veo es el desmedido, extremo, bizarre... guión. En la crítica con spoilers lo explico mejor.

En resumen, una bella película con un guión excesivo pero sin embargo incompleto.

No sé qué demonios quiere hacer Kevin Smith con su vida. Su nueva película es un híbrido interesante entre su etapa más gamberra y su etapa más romántica/pastelosa. Algunos dicen que su pretensión es dar carpetazo al Kevin Smith amateur y evolucionar a partir de aquí a “cineasta serio”. Pero se suponía que eso ya lo había hecho con Jay y Bob El Silencioso Contraatacan y con Una chica de Jersey, ¿no? Incluso había sido una conclusión para sus dos personajes fetiches. Entonces, ¿cuál es el propósito de hacer una secuela de este tipo? Uno pensaría que los personajes no daban más de sí, especialmente después de una serie de animación (y, curiosamente, de un conato de serie en imagen real que nunca vio la luz del día, sin la participación de Smith).

Pues el caso es que sí daban más de sí, al menos para construir una película divertida y sin pretensiones. Clerks II se ve perfectamente de una sentada, sin mirar el reloj ni una sola vez. Su humor, basado principalmente en el teta-caca-polla y en referencias frikis, es bastante acertado. A pesar de caer en el esceso una otra vez con escenas zoofílicas, Jay desnudo, conversaciones interminables sobre sexo anal, una obsesión preocupante por las pollas… no llega a resultar cargante ni (demasiado) estúpido. Digamos que Smith ha conseguido hacer un American Pie en condiciones y con dos dedos de frente.

Aunque, curiosamente y como dije al principio, este humor pasado de rosca contrasta con escenas románticas que tienen a Alanis Morrisette (por ejemplo) de fondo. Hay incluso un par de momentos que llegan a resultar empalagosos, y que me hacen pensar que Kevin Smith está al borde de estar acabado. Pero de momento, se salva.

Lamento ser el primero que comente esta película, pero me veo moralmente obligado a avisaros de que no la veáis. Al menos si sois occidentales con sensibilidad occidental.

He visto esta película a través de la recomendación de Letras de Cine nº 9, que la calificaba de emotiva y prima del cine de Wong Kar Wai. Decía el señor Jaime Pena que los festivales la venderían como el nuevo descubrimiento del cine asiático, al estilo de ·Oldboy·. No dudo de sus buenas intenciones, señor Pena, pero dudo mucho que esta película guste al espectador cinéfilo medio. Más bien creo que habrá salidas masivas de los cines.

·Three times· cuenta tres historias inconexas pensadas en un principio para ser rodadas por tres directores distintos pero finalmente asumidas por Hou (nada nuevo bajo el Sol). Cada una ocurre en un período distinto, con los mismos actores, teniendo como único tema común la relación "amorosa" entre los protagonistas. La primera transcurre en 1966 y debe recordar poderosamente a ·In the mood for love·, aunque es más minimalista y austera si cabe (y no tan bien conseguida); esta historia tiene un pase. La segunda es demencialmente aburrida, demencialmente insoportable; sólo para fans de, qué sé yo, del Mizoguchi o del Dreyer más hostiable. La tercera discurre en 2005 y nos remite al cine oriental más actual, el de por ejemplo Chan-wook Park, pero dándole ese ambiente minimalista.

En resumen: si le quitásemos el segundo capítulo sería una película decente, pero para nada revolucionaria. Si le dejamos dicho capítulo, es una película a prueba de sensibilidades, una película que pide a gritos la ingesta de anfetaminas para soportarla.

Me parece increíble que la gente alabe tanto este engañabobos, que no pasa más allá de ser un entretenimiento tramposo (a veces ni siquiera entretiene). Los guionistas de la serie saben perfectamente qué tienen que hacer para atraer al público fácil, y no se lo piensan: infinidad de personajes (casi ninguno desarrollado), superpoderes cutrísimos para todo el mundo (y encima nunca los usan), tramas improbables y muuuuuuy alargadas... La serie va marcando sus propios hitos, sus marcas, y no es capaz de satisfacerlas. El tan cacareado momento "Save the cheerleader, save the world", que parecía que iba a revolucionar la TV, se queda en tal estupidez casposa que me provocó muchísima ira. ¿Y la espada de Hiro? Otra subnormalidad como una casa.

Estoy harto de que la gente se contente tan fácilmente, que sea tan poco exigente. 8'3 me parece una nota insultante para las otras series que sí tienen mucha más calidad y pasan más desapercibidas ("Weeds", "The Office"...). ¡Maldita sea, despertad! ¡Los guionistas sólo están jugando con vosotros, no piensan en ofreceros un producto de calidad, sólo en liar las tramas todo lo que puedan! ¿Serie sobre superhéroes? ¡JA!

Estamos ante un gran ejemplo de película asombrosamente lineal. No me malinterpretes, NO ES aburrida o monótona, es simplemente que todas sus escenas tienen exactamente la misma calidad. Esta historia hiperrealista y social está compuesta de personajes puramente humanos que se ven sacudidos por sucesos cotidianos. Los actores cumplen sobradamente con su papel, el tempo es adecuado y la historia no aburre, PERO no destaca por nada. Es agradablemente uniforme, pero se va igual que vino.