Críticas de peleon
MiniserieDocumental
2018
1 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta serie documental por episodios cuenta ya con un público cautivo, entre los que me encuentro, aficionado al rugby y en mi caso seguidor de los míticos All Blacks a los que he tenido el privilegio de ver jugar en vivo, el equipo del mundo que cuenta más victorias sobre todos sus rivales ( algunos equipos como Escocia esperan ganarles aún un partido después de 100 años. Otros como Irlanda lo consiguieron 110 años después).
Por eso es una pena que la serie dirigida por el aclamado director Taika Waititi no saque todo el partido posible al fascinante mundo del rugby sobre todo para los espectadores que son más legos en el rugby. Aunque las escenas de los partidos, casi todas a ras de campo, son espectaculares al final la serie, que en cada episodio se centra en un jugador determinado, está llena de tópicos. Por ejemplo:
Las declaraciones de Sony Bill Williams de sus orígenes humildes y el sueño de poder lucir la camiseta negra. Pues como todos los niños, jóvenes en cualquier parte del mundo aficionados a un deporte.
Las ruedas de prensa de Steve Hansen, el entrenador entonces de los All Blacks, antes y después de los partidos. Sobran todas. Me recuerda a As tv.
Las reacciones tras las derrotas, escasas, de los All Blacks. Tópico tras tópico de aprender, levantarse,etc,etc.
Las imágenes de las vidas privadas de los jugadores, ( Beauden Barrett, el capitán Kieran Read) y sus mujeres. Qué sorpresa que se quieran y que la familia es lo más importante.
¨El vestuario es una piña y somos como hermanos¨. Es una traducción libre pero muy similar a lo que dicen.
Y no le perdono a Waititi que en un documental sobre los All Blacks no haya incluido un haka completo.
En definitiva esta serie está más cerca del ¨Nothing¨que del ¨All¨. Solo en los últimos minutos el capitán Kieran Read nos deja una frase muy ¨kiwi¨ sobre lo que representa los All Blacks.
Por eso es una pena que la serie dirigida por el aclamado director Taika Waititi no saque todo el partido posible al fascinante mundo del rugby sobre todo para los espectadores que son más legos en el rugby. Aunque las escenas de los partidos, casi todas a ras de campo, son espectaculares al final la serie, que en cada episodio se centra en un jugador determinado, está llena de tópicos. Por ejemplo:
Las declaraciones de Sony Bill Williams de sus orígenes humildes y el sueño de poder lucir la camiseta negra. Pues como todos los niños, jóvenes en cualquier parte del mundo aficionados a un deporte.
Las ruedas de prensa de Steve Hansen, el entrenador entonces de los All Blacks, antes y después de los partidos. Sobran todas. Me recuerda a As tv.
Las reacciones tras las derrotas, escasas, de los All Blacks. Tópico tras tópico de aprender, levantarse,etc,etc.
Las imágenes de las vidas privadas de los jugadores, ( Beauden Barrett, el capitán Kieran Read) y sus mujeres. Qué sorpresa que se quieran y que la familia es lo más importante.
¨El vestuario es una piña y somos como hermanos¨. Es una traducción libre pero muy similar a lo que dicen.
Y no le perdono a Waititi que en un documental sobre los All Blacks no haya incluido un haka completo.
En definitiva esta serie está más cerca del ¨Nothing¨que del ¨All¨. Solo en los últimos minutos el capitán Kieran Read nos deja una frase muy ¨kiwi¨ sobre lo que representa los All Blacks.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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25 de julio de 2020
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podía ser más oportuna la elección para la reapertura de los cines en esta nueva normalidad en Singapur, donde he visto esta película. Así, armado de mi mascarilla, con mi entrada descargada en el móvil y previo chequeo y control de temperatura, me senté en mi butaca preasignada con toda la distancia social de seguridad en las cuatro direcciones para disfrutar de la esperada continuación de para mí una de las mejores películas de zombis de los últimos años. Pero, ay de mí, ¨ Tren a Busan 2. Península¨ me ha decepcionado. Sí, tiene escenas muy buenas y la atmósfera apocalíptica del puerto de Incheon, que no Busan, está muy conseguida. Pero si en la primera parte la atmósfera claustrofóbica del tren, tan ¨ hitchcockiano¨ y el desarrollo de los personajes hacía que te sumerjieras en la historia en esta segunda parte, en la que ni hay tren ni están en Busan, no simpatizas con los personajes principales
Sin ánimo de destripar mucho de la historia, porque en el momento de escribir esta crítica el argumento en la página de Filmaffinity está muy poco desarrollado, diré que esta versión de Mad Max a la coreana con persecuciones abusando de efectos especiales digitales, me sacaba de la película porque parecía más un videojuego. Así como unas cuantas cosas más que pongo más abajo en spoiler.
Le doy un seis por algún buen hallazgo que tiene y porque la primera parte con las escenas de la evacuación y la vida de los refugiados en Hong Kong es bastante interesante.
Sin ánimo de destripar mucho de la historia, porque en el momento de escribir esta crítica el argumento en la página de Filmaffinity está muy poco desarrollado, diré que esta versión de Mad Max a la coreana con persecuciones abusando de efectos especiales digitales, me sacaba de la película porque parecía más un videojuego. Así como unas cuantas cosas más que pongo más abajo en spoiler.
Le doy un seis por algún buen hallazgo que tiene y porque la primera parte con las escenas de la evacuación y la vida de los refugiados en Hong Kong es bastante interesante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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18 de julio de 2020
Sé el primero en valorar esta crítica
Escribo esta crítica con poca esperanza de que alguien la lea, más allá del validador de filmaffinity. Porque esta película es mala, desconocida y realizada con poco presupuesto y menor talento. El director y principal protagonista se reserva el papel clásico de chico nuevo en el barrio que se enfrenta a banda extorsionadora. Son todo topicazos: el malo con sonrisa irónica, el tío que lo acoje gruñón pero de buen corazón, la chica que le ayuda, etc,etc.
Si al menos las peleas marciales estuvieran bien hechas.. Pero ni eso. Uno ya se cansa de ver la topicaza escena de doce malos rodeando al bueno y en vez de atacar todos al mismo tiempo esperan su turno de recibir hostias en un círculo poniendo, eso sí, cara de enfado.
Y luego los extras,,, si hay algunos que se ríen en las escenas serias. Serían los únicos que disfrutaron con la película..
Si al menos las peleas marciales estuvieran bien hechas.. Pero ni eso. Uno ya se cansa de ver la topicaza escena de doce malos rodeando al bueno y en vez de atacar todos al mismo tiempo esperan su turno de recibir hostias en un círculo poniendo, eso sí, cara de enfado.
Y luego los extras,,, si hay algunos que se ríen en las escenas serias. Serían los únicos que disfrutaron con la película..
18 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me sorprende que sea el primer filmaffinitero que escribe una crítica, y quizás que puntúe, esta gran serie antibélica alemana que se emtiía en el canal 1 de tve, en la época que solo había dos canales, los viernes por la noche a mediados de los 80. Lo que no sabía entonces es que ya tenía unos cuantos añitos..
El bravo soldado Schweik, interpretado por el actor alemán Fritz Mulliar a quien yo le veía un parecido con el popular Benny Hill, no dispara ni un tiro en el ejército austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial. Abandona su Praga natal reclutado para una guerra que ni entiende ni le importa pensando solo en sobrevivir con ese aire socarrón y sacando de sus casillas a todo sargento chusquero que le va cayendo en suerte ( me acuerdo especialmente del que repetía todo el tiempo la frase ¨ ¿ me conoce? !Claro que no me conoce! ! Si me conociera estaría asustado!. O el que ordenaba !Silencio! y Schweik siempre tenía la última palabra).
Claro que también había escenas antimilitaristas memorables. Por ejemplo, cuando Schweik y su compañia viajan en trenes abiertos hacia el frente ruso y se ponen a cantar música patriotera. El cruce en la estación con el tren lleno de heridos y mutilados de vuelta del frente es muy buena.
Y al final..
El bravo soldado Schweik, interpretado por el actor alemán Fritz Mulliar a quien yo le veía un parecido con el popular Benny Hill, no dispara ni un tiro en el ejército austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial. Abandona su Praga natal reclutado para una guerra que ni entiende ni le importa pensando solo en sobrevivir con ese aire socarrón y sacando de sus casillas a todo sargento chusquero que le va cayendo en suerte ( me acuerdo especialmente del que repetía todo el tiempo la frase ¨ ¿ me conoce? !Claro que no me conoce! ! Si me conociera estaría asustado!. O el que ordenaba !Silencio! y Schweik siempre tenía la última palabra).
Claro que también había escenas antimilitaristas memorables. Por ejemplo, cuando Schweik y su compañia viajan en trenes abiertos hacia el frente ruso y se ponen a cantar música patriotera. El cruce en la estación con el tren lleno de heridos y mutilados de vuelta del frente es muy buena.
Y al final..
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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MediometrajeDocumental
2020
15 de mayo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para todos aquellos que nos hemos hecho seguidores de la Casa de papel, que hasta tenemos nuestros personajes favoritos y discutimos sobre sus acciones y palabras como si fueran de la familia, este documental se nos hace corto con sus 57 minutos. Bien rodado y montado, pero toca de forma superficial lo que es su título: ¨El fenómeno¨. Las referencias a las repercusiones sociales,culturales e incluso políticas de la banda de atracadores dalinianos se despachan en un momento.
En cambio el documental hace demasiado enfásis en algunas de las anécdotas del rodaje ( ya sabemos que la producción de cualquier película o serie siempre se encuentra con dificulltades) y consume demasiado tiempo en explicarnos cómo rdoaron por ejemplo, la escena icónica del inicio de la cuarta temporada.
En suma, un documental para un público ya rendido a la causa que tarareará el Bella Ciao mientras lo ve.
En cambio el documental hace demasiado enfásis en algunas de las anécdotas del rodaje ( ya sabemos que la producción de cualquier película o serie siempre se encuentra con dificulltades) y consume demasiado tiempo en explicarnos cómo rdoaron por ejemplo, la escena icónica del inicio de la cuarta temporada.
En suma, un documental para un público ya rendido a la causa que tarareará el Bella Ciao mientras lo ve.
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