David Lynch es uno de esos directores con talento a los que de vez en cuando se les va la olla. El estreno de Terciopelo azul hizo que los críticos más pedantes y relamidos vieran en ella una indiscutible obra maestra. El argumento tiene dos partes. Una primera en la que se cuenta una historia de cine negro prometedora y una segunda completamente surrealista en la que aparecen una serie de personajes surrealistas capitaneados por un genial Dennis Hopper y en la que Lynch da rienda suelta a sus más alocadas fantasías. Es en esta segunda parte cuando el espectador se desconcierta de modo que el director trata de mantener la intriga de la primera pero la fusión de ambas historias tan antagónicas es una chapuza.

Hopper es Frank el líder de una peculiar banda de maleantes que abusa sexualmente de su chica colocándose con oxígeno. Isabella Rossellini es la sufrida amante de Frank, una desquiciada cantante sometida a sus caprichos. Kyle MacLachlan es un joven estudiante que trata de ayudar a Rossellini mientras asiste perplejo a los desvaríos de Frank y sus colegas, entre los que están un travestido Dean Stockwell que baila canciones de Roy Orbinson y el todo terreno Brad Dourif. Laura Dern con diez y nueve añitos interpreta a la novia de Kyle.

Lynch demuestra ser un buen director y guionista cuando cuenta historias dramáticas reales como la vida misma, ahí están por ejemplo El hombre elefante o Una historia verdadera. Luego le da por filmar obras enemigas de cualquier razonamiento lógico como el bodrio indigesto que fue Inland Empire o Cabeza borradora. Y en ocasiones reúne sus dos yos en rarezas interesantes como Mullholland drive o Carretera perdida. Este Terciopelo azul no es ni una cosa ni la otra pero aún así le doy un seis porque reconozco que sin ser una genialidad tiene algo.

Otro producto perfectamente diseñado y dirigido por Ridley Scott que en esta ocasión habla de cómo la CIA se enfrenta al terrorismo islámico en su propio terreno de la mano de un agente secreto encarnado por un correcto Leonardo DiCaprio. Le secunda un obeso y desagradable Russell Crowe que interpreta el papel de jefe de espionaje que dirige a su pupilo por todo Oriente Medio persiguiendo terroristas sentado cómodamente en su despacho de Langley o cuidando a sus hijos en casa.

Llama la atención cómo los grandes jefazos responsables de la política antiterrorista sacrifican a sus mejores hombres como peones de ajedrez cuando ya no les son útiles. La sangre fría que tienen al torturar prisioneros o interrogar a chivatos y deshacerse de ellos sin contemplaciones. La poderosa tecnología que emplean para liquidar terroristas gracias a sofisticados satélites que localizan a cualquiera con tan sólo usar el móvil. Cierto que no cuenta nada que no sepamos pero aun así la trama es interesante por estar de plena actualidad, abordando el terrorismo internacional y la relativa facilidad de los integristas para cometer sangrientos atentados en cualquier parte.

En el reparto también destaca el camaleónico Mark Strong, un tipo de lo más versátil que puede encarnar cualquier cosa que le echen. Y entre tanta tensión y violencia también hay hueco para el amor entre el protagonista y una atractiva enfermera árabe. El guionista de Infiltrados escribe una historia entretenida e inquietante que mantiene el pulso hasta el final. Aunque no tuviera demasiado éxito es de justicia reconocer que Red de mentiras es una obra notable y actual.

El director y guionista John Milius dirige y escribe esta encantadora película de aventuras filmada en España y protagonizada por el legendario Sean Connery que encarna a un líder rebelde del norte de África. Después de secuestrar a una aguerrida mujer norteamericana y a sus hijos, el presidente estadounidense Theodore Roosevelt en la cima de su popularidad, decide emplear la fuerza para rescatarla. Aunque el argumento se basa en una historia real el guión la idealiza bastante dando a la trama un carácter romántico y aventurero sobre una especie de Lawrence de Arabia marroquí que con el secuestro desafía a toda una superpotencia con la intención de que los occidentales se enfrenten entre si y de paso sublevar a los suyos contra el invasor extranjero. (Preludio de lo que luego sería la Gran Guerra)

Los personajes están cambiados, en realidad el líder tribal secuestró a un empresario americano y no a una viuda rica. La imagen que se da de dicho líder está demasiado idealizada al igual que el fuerte carácter de la mujer que en un momento dado se hace con una escopeta y se lía a tiros contra el ejército alemán. Este quizá sea el punto que más chirríe de la historia porque por lo demás la película es muy entretenida. El guión incluye frases memorables pronunciadas por los dos líderes que están llenas de sabiduría y sentido común. En realidad la película es la historia de la admiración mutua que sienten ambos personajes cuyo carisma trasciende y hace que sean respetados y admirados por sus respectivos pueblos. Candice Bergen interpreta a la mujer secuestrada con mucho ahínco y desde luego quién piense que se trata de una mujer florero está muy equivocado. Brian Keith realiza una soberbia interpretación del famoso presidente Theodore Roosevelt fantásticamente caracterizado para la ocasión. También destaca la presencia de Geoffrey Lewis como el embajador americano y la del director y ocasionalmente actor John Huston.

Me gustó el ritmo y el sentido de la acción de Milius que hace que la película se pase en un suspiro. La banda sonora de Jerry Goldsmith es una de sus mejores partituras y llegó a ser nominada al Oscar. La fotografía de Billy Williams también es de recibo. Puede que no sea una obra maestra como Lawrence de Arabia pero a mí personalmente me ha gustado más. Es un film de aventuras con sabor clásico estupendamente interpretado y mejor ejecutado. Una historia que habla de conceptos tan encomiables como el valor, la nobleza, la integridad o el respeto entre otras muchas cosas.

Debut en la dirección del genio polaco Roman Polanski con un modesto film que fue nominado al Oscar de mejor película extranjera. Se trata de una historia con tres personajes encerrados en un velero marcada por la tensión, el erotismo y ribetes psicológicos. Un matrimonio de clase acomodada se dirige a un lago para realizar una travesía en velero. Por el camino recogen a un joven autoestopista y le invitan a pasar la velada con ellos. Una vez a bordo enseguida surgirán las complicaciones cuando se establece entre los dos hombres un duelo psicológico de rivalidad.

A finales de los ochenta se rodó una especie de remake protagonizado por Nicole Kidman, Billy Zane y Sam Neill titulado Calma total dirigida por Philip Noyce. Pero mientras que aquella se trataba de una entretenida película de suspense, la que nos ocupa es más el estudio psicológico de unos personajes en un espacio reducido. Polanski da muestras sobradas de su talento con esta interesante ópera prima. Atención a la deliciosa banda sonora.

El co-productor de la saga Bond, Harry Saltzman, en paralelo a las películas de 007 produjo por su cuenta la adaptación al cine de las novelas de Len Deighton y El expediente Ipcress fue la primera de ellas. Se trata de historias de espionaje ambientadas en plena Guerra Fría protagonizadas por un agente secreto británico miope y sarcástico más serias y creíbles que las de su colega James Bond. Y es que a Saltzman siempre le gustaron más las tramas rigurosas y elaboradas que los espectáculos pirotécnicos que prefería su socio Albert R. Broccoli.

Ipcress es una respetable obra de espías no tan popular como las de 007 pero sí superior en calidad artística y que recuerda más a los primeros Bonds. Harry Palmer es requerido por sus superiores para ayudar en la investigación del asesinato de un agente y el secuestro de un importante profesor cuyos conocimientos resultan muy valiosos. El film mantiene el interés gracias al buen pulso narrativo y a su entretenido argumento.

El brillante equipo técnico realiza un estupendo trabajo, tanto el montaje como el diseño de producción y la banda sonora son obra de los responsables de la saga 007 por lo que el nivel técnico la película es impecable. En el reparto encontramos a conocidos actores secundarios del cine británico de la época y por encima de todos a un joven Michael Caine que está genial en uno de sus primeros papeles como protagonista.

La película tuvo bastante repercusión y la crítica especializada la ensalzó como una gran obra de espionaje que tuvo varias secuelas, Funeral en Berlín, El cerebro del billón de dólares, El expreso de Pekín y Medianoche en San Petersburgo todas ellas protagonizadas por Michael Caine.