Película que en mi opinión podría haber sido algo más sin que hubieran metido a la fuerza a David Bowie y sus musicales en medio de un mundo de seres no-humanos. El rey de los goblins debería haber sido otro muñeco más, y no un ser humano que canta con el pelo estrambótico y esos horrorosos pantalones ajustados. Para mí, David Bowie en esta película está metido como ya he dicho, a la fuerza, y es por eso por lo que la película pierde bastante credibilidad y consistencia.

Los musicales son horribles en mi opinión, y no porque sea música de los 80 como mas de uno de las nuevas generaciones pensaría no, sino porque es música mala. Personalmente adoro el sonido que se hacía en los 80 en general, pero en esta película ninguna canción me llegó, al contrario, cada vez que salían esos aburridos e insulsos musicales me tentaba el rebobinar hacia delante (otro gallo hubiera cantado si la película hubiera contado con algún tema la mitad de bueno que el de "La Historia Interminable").

Sin David Bowie y sin esos musicales le hubiera dado un 6, pero por culpa de eso y de algún que otro detalle más, queda en mi opinión por debajo de "Cristal Oscuro" (en contra de lo que muchos/as dicen).

Bastante menos consistente, menos carismática, y mucho más infantil que "Cristal Oscuro", aun así, pasable y entretenida.

La película arranca medianamente bien (y digo medianamente porque ya de por sí el mundillo de los barrios bajos de Osaka y yakuzas en el que se revuelca no da para mucho), pero en seguida pasa a ser un cúmulo de chistes zafios y en muchos casos desagradables (*ver spoiler 1) carentes de orden y de un guión consistente que haga de columna vertebral y que nos vaya guiando.

Le pasa como a muchas otras películas de anime pedante (como llamo yo a este género), que uno no sabe que demonios quieren contarnos. Por momentos parece que es un drama con crítica social acerca de una niña que se ve obligada a trabajar porque su padre es un irresponsable mafioso, pero de repente empiezan a llover las situaciones "cómicas" en que se banaliza todo y uno se queda con un gran interrogante en la cabeza. Y cuando uno comienza a creer que es una comedia, al cóctel se unen algunas conversaciones que parecen querer transmitir algo serio y filosófico, pero que se convierten en un quiero y no puedo, porque no llegan a decir nada concreto y con un sentido.

Además, personalmente detesto como los japoneses se ponen pesados haciendo gracias con gente que en realidad es gentuza psicopática como los yakuzas. También están muy pesaditos con el dialecto de Osaka, que al principio hace gracia pero abusan tanto de el que ya cansa; como si fuera el único dialecto que puede sonar gracioso de todo el archipiélago (encima en esta película es falso, como suele pasar en casi todos los animes, porque la mayoría de los dobladores no son de Kansai y no lo hablan bien, queda forzado). Esto último le quita gran parte de la gracia que pueda tener para los espectadores que no conozcan nada de Japón y de Osaka.

Lo único que salva medianamente la película es la niña protagonista, que en ocasiones resulta carismática y entrañable, y también un dibujo y animación muy buenos. Aún así, no sirvió para que me dignara a terminar el film, y eso que yo tengo aguante y no suelo dejar las películas a medias con facilidad. Porque es lo que digo siempre: sin contenido no hay película, por muy bien adornada y hecha "por fuera" que esté.

Concluyo mi crítica diciendo que esto es algo así como Torrente 3 en versión japonesa. Caspa, caspa y más caspa, sólo eso, no esperéis más. ¿O alguno os creíais que los japoneses no tienen sus cosas casposas?

Película aburrida de escenas sueltas y prescindibles, diálogos a veces absurdos, personajes poco creíbles y en ocasiones contradictorios.

Stallone dió un "malpaso" con esta patraña.

Aunque Kitano sólo aparece como actor en esta "película" (no la dirige el), podemos ver un poco más de lo que nos suele meter en sus films; violencia gratuita, sexo bruto (psicopatía sexual), yakuzas, muertes, crueldad, egocentrismo, etc... etc... Otra basura más del cine japonés del Siglo XXI cuyo único aparente objetivo es el de escandalizar al espectador con escenas a cual más desagradable. El guión, bastante pobre, no pasa de ser una excusa para justificar la violencia y el sexo gratuitos que aparecen durante la mayor parte del metraje.

Parece que este señor hace años que se ha encasillado en el rol de cabronazo ultra-violento, y en esta película le dieron el papel apropiado para que disfrutase como un cerdo en el barro, haciendo de padre maltratador, cruel y despiadado, y todo eso se lo aderezaron con el dialecto más barriobajero de Osaka, para que el bueno de Kitano pudiera dar el gran do de pecho.

Para echarse unas risas viendo como Kitano hace de cabronazo que le hace la vida imposible a todos los que le rodean está entretenida (aunque no se la recomiendo a quienes estén pasando por una depresión (esta mierda, más deprimente no puede ser)), pero como película no vale nada. La mayoría de los actores son malísimos, el guión, como ya he comentado, no pasa de ser una justificación para poner a Kitano en el único papel que sabe representar; resumiendo, más sadismo japonés proviniente de una sociedad que cada día está más enferma, falta de moral y de buenos sentimientos. "Ichi de Killer", "Battle Royale", "Blood and Bones", "Gohatto" y demás escoria, todo eso representa lo que gusta en el Japón actual; el sadismo, la psicopatía, las violaciones, etc... Cuidaos de que ese país hipócrita que nos trata de dar la imagen de "civilizado" os venda la moto. Películas sádicas para una sociedad cada dia más sádica. Los japoneses de hoy dia, no parecen entender que una película debe ir más allá de meter sangre, sexo bruto, degeneraciones, tacos, drogas, palizas y crueldad a mansalva.

Si buscas una película de verdad, no pierdas tu tiempo viendo esta broza.

PD: ¿Es casualidad que el protagonista tan cabronazo sea un inmigrante coreano? ¿O
estamos una vez más ante el racismo japonés?

PD2: Me cuesta creer que esta basura haya sido dirigida por el mismo que "Quill",
aquella enternecedora película cargada de sentimientos que me arrancó más
de una lágrima.

No la he podido terminar. Esto no es una película. Me ocurre como con "El Abuelo", "El Espíritu de la Colmena", y tantas otras del estilo. Voy esperando que me cuenten algo (y ya de paso que para contarlo no se tiren más de 5 minutos entre planos y planos innecesarios), y me encuentro una especie de mala obra de teatro, con personajes que no hablan, sino que recitan, y que se tira hora y pico para no contar casi nada.

Y en el caso de esta cinta (no puedo llamarlo película) la cosa se agrava, porque a las frases teatrales y actuaciones anti-naturales se le suma que el guión está fatal llevado. Los personajes van apareciendo como de la nada, como si ya tuviésemos que conocerles. La mayoría de las escenas aparecen de golpe y porrazo sin que el espectador sepa muy bien qué sentido tienen, como si trataran de contar la continuación de algo que debería saber, pero que no se le ha contado. Al final la línea argumental es inexistente, dando paso a lo que bien podría llamarse, "lluvia argumental", ya que las escenas no se siguen una a otra, sino que llueven en un caos sin sentido.

Otra castaña sobrevalorada del cine español de los 70. Una lástima, porque la idea prometía.