Antes que nada, debo reconocer que tengo una materia pendiente en mi corto recorrido por el cine con este director. El tan controvertido Lars Von Trier. Años anteriores tuve la oportunidad de ver “Dancer in the dark” pero mi curiosidad hacia esa película llegó más por su protagonista (Björk, de quien soy un fan incondicional) que por su director.

Dicho lo anterior y explorando un poco en la filmografía de Lars Von Trier, me encuentro con que este director sabe impregnar perfectamente sus películas de un existencialismo marcado profundamente por la depresión. Y claro, “Melancolía” no fue la excepción.

En Melancolía se notan claramente 2 historias (Parte I Justine y Parte II Claire), y ambas están unidas por el análisis que nos obliga hacer el director acerca de nuestra condición humana, de nuestras libertades, de nuestras responsabilidades individuales y hasta sociales, de nuestras emociones y finalmente entrelazando todo esto con el significado de la vida, mejor no lo pudo haber dicho Sartre “La existencia precede su esencia”. Y con esto ¿Querrá Lars Von Trier atormentarnos con un estado de abatimiento e infelicidad permanente?

Prometo ponerme al día con los films de este controvertido realizador para poder ponerle punto fin a la pregunta que me planteó esta película.

John Cameron Mitchell es el director de esta película, he visto toda su filmografía, y sin temor a equivocarme, podría decir que está naciendo un director que hace cine de autor. Los motivos que me llevan a esta conclusión son varios: primero con su drama musical “Hedwing and the Angry Inch” (2001), luego en la fantástica y excitante “Shortbus” (2006) y ahora la dramática y muy bien manejada “Rabitt Hole”, todas ellas marcadas por la cotidianidad y la adversidad de sus personajes, por su excelente narración visual, y por saber mostrar el drama si caer en clichés, sin pretensiones y dimitiendo de la manipulación. En cada película de éste director encontramos alguna novedad, algo ignorado anteriormente que nos llena de satisfacción de poder ver que el cine sigue siendo un arte y no sólo una industria como parece últimamente.

Ahora, el argumento de éste film no es fácil, y ya ha sido abordado con anterioridad, sin embargo el logro de ésta se encuentra en el dolor y la ira que observamos de forma latente en cada uno de los diálogos y en las miradas de los protagonistas. Además, vemos a los protagonistas sumergidos en su pena y con un futuro incierto, mientras los rodea lo que se podría llamar una “vida perfecta”.

Adicionalmente, Nicole Kidman nos muestra que es y seguirá siendo una muy buena actriz, su interpretación como Becca es brillante y creíble, el resultado de una buena caracterización.

Debo reconocer que pensé que la película tendría otro curso, pero luego de pensar quien es David Fincher, no debo sorprenderme. Pensé que la película estaría invadía por imágenes del Facebook, de cómo se fue creando la pagina, y de las emociones y conflictos entre sus fundadores, en fin, un film inundado de escenas manipuladoras de manera trivial como nos tiene acostumbrados Hollywood en su mayoría de films (digo mayoría porque obviamente hay excepciones a este comentario).

Traté durante las más de 2 horas que estuve en la sala de cine, de ponerme del lado de alguno de los personajes para no quedar con la extraña sensación de impotencia con la que quede. Creo que al tratar de justificar alguna de las acciones de los personajes se liberan las tensiones entre mi inconsciente y la pantalla del cine; y aunque no quedaron “liberadas”, y mi extraña impotencia quedó latente, debe reconocer el magnífico trabajo del director y de los actores; ya que fue impecable combinación. Y fue precisamente la manera en que nos revelaron cada uno de los personajes la que permitió que ninguno de los mismos, fuera antagónico ni héroe en esta historia, y considero que ese fue el gran logro, ya que mostrar una historia llena de conflictos como esta, y no permitir que uno como espectador odie o apoye (tomando partido) a alguno de los personajes, hace generar la extraña sensación a la que me expusieron durante la proyección de la película y es la que hace de ésta una gran película

Tal vez me vayáis a odiar, pero es que hay que decirlo. Black Widow es aburrida y superflua. Y es que creo que Marvel tuvo su pico más alto con Avengers: Infinity War, porque ni su secuela “Endgame” pudo estar a esa altura. Ni hablar de los pajazos mentales que se han inventado a modo de serie (Léase “The Falcon and the Winter Soldier”, “Loki” y “WandaVision”).

Black Widow es excesivamente larga, le sobra más de una hora de metraje, su historia no está planteando nada nuevo ni siento que este profundizando en el personaje.

Eso sí, como todos los productos de Marvel, los efectos especiales son muy buenos, algunas escenas de acción están bien rodadas (la pelea en pleno aire cuando esta cayendo la nave de la sala roja tiene su punto), y tanto Scarlett Johansson como Florence Pugh representan correctamente el poder femenino en el mundo Marvel.

Si señores, otro remake; pero también hay que agregar, otra curiosidad del género de terror. Cuando un director toma las riendas de una historia que ya ha sido contada debe contar con algo más de imaginación, debe tener estilo personal para impregnar la historia (ya narrada cinematográficamente) de un nuevo aire, algo que para esta ocasión se logra con una aterradora perfección.

Lo que más me llamó la atención y al mismo tiempo uno de los “plus” de esta versión, es la narración (visual) en primera persona del protagonista de la historia. Somos como espectadores, un Frank atormentado por los recuerdos de su niñez, somos un hombre admirador de la belleza femenina, somos un hombre obsesionado con los maniquíes, somos un asesino. Ese es el gran logro de éste remake, ponernos en la piel del protagonista de una manera opresora y agobiante. Y eso para mí es CINE (independientemente del género)

Buena actuación la del señor Wood, que por fin se logra quitar su estereotipo de “Frodo” (Algo que ya había empezado hacer con "Everything Is Illuminated"

El único “pero” para mi caso, es que ya sabía cómo iba a terminar la historia, aunque mientras la veía guardaba una pequeña esperanza que al maravilloso Alexander Aja (Escritor y productor en esta ocasión) se le ocurriera algún final distinto, pero aun así, la película no deja de ser buena.