Este año parece estar siendo el año de Stephen King, y la verdad es que de momento poco me puedo quejar de las adaptaciones que se están haciendo y MADRE MÍA esta podría ser la mejor de todas.

Ya de por sí la propuesta inicial de la cinta es fantástica, pero te hace preguntar si podrá sostenerse durante todo el metraje. Vaya si lo hace. El trabajo de Mike Flanagan y Jeff Howard adaptando esta curiosa de King no es solo brillante desde el punto de vista literario, sino también visual. La forma en la que las discursiones mentales de la protagonista son recreadas no solo tienen mucho sentido, sino que además mantienen la trama en lo alto en todo momento y la ayudan a discurrir de una forma muy clara, sin tener que ser excesivamente explicativa (al principio...luego...).

La realización de Flanagan además es brillante, y no solo contaremos con una buena fotografía, sino con unos juegos de camara y de edición muy bien planteados. Y ya bueno, el trabajo de Carla Gugino, que siempre me ha parecido solvente, en esta cinta es asombroso, mostrando un espectro emocional muy variado y sobretodo, creible. Por supuesto Bruce Greenwood le hace una buena replica.

Eso sí, una pega muy grande es el final, que creo que cambia de forma torpe y drástica el tono de la película y se vuelve excesivamente explicativo sin ser nada sutil y resultando totalmente anticlimático, dejando a la cinta en una mala nota al final.

Deberíamos seguir más de cerca el trabajo de Flanagan porque se está convirtiendo en un director a tener MUY en cuenta dentro del género.