La última entrega de esta fatigada saga consiguió salir de la debacle de espantosa calidad fílmica de las anteriores, aunque no por ello sea una gran película.

Mi mayor problema con ella no es su comedia, ya vista y cansada en cientos de ocasiones, sino el hecho de que no me creo a los personajes, algo que era el punto fuerte en la primera.

Su nivel técnico y actoral es aceptable, simplemente eso, y por desgracia la magia cómica de las dos primeras casi ha desaparecido, a pesar de que nos brindan algunos momentos de lucidez.