A Million Ways to Die in the West es una película divertida, con el claro humor zafio y grueso de MacFarlane y que sin duda es una experiencia palomitera agradable, pero tiene algunos problemas.

El principal es su trama. Mientras que MacFarlane usa los tópicos y hechos reales de la vida en el Oeste como objetivo de sus bromas, no lo hace para la historia que nos cuenta y al final los acontecimientos que viven su personaje, Albert, y el de Theron, Anna, no es más que la típica historia de comedia romántica que hemos visto un millón de veces...podría haberse fijado en los viejos spaguetti western para crear una parodia más inteligente (obviamente recurre a algún que otro cliché).

Otro problema es que McFarlane parece haber perdido mordida, o se ha visto coartado por sus productores en cuanto a la "mala baba" de los chistes se refiere.

Eso sí, algunos de los chistes relacionados con la muerte, ese rollo de contraponer nuestra cultura pop con la del momento y ciertos cameos inesperados al menos nos sacarán una sonrisa de vez en cuando.

En conclusión, no llega al nivel de Ted, pero es entretenida.