... Pero en su versión más horrenda.

Una oficina da para mucho, he trabajado más de 20 años en oficinas y la flora y fauna allí presente no da para una serie, da para tres o cuatro, un reality y un par de trilogías.

Cogemos lo más variopinto de cada una y tenemos este producto, que se sustenta en un muy buen guión y en dos pilares principales: Steve Carrell y Rainn Wilson, ambos espectaculares en sus papeles.

En la oficina encontramos a un jefe con problemas terribles de personalidad, pero que defenderá a capa y espada a todos los que trabajan allí (sus únicas relaciones personales son las que tiene en la oficina) y que, ojo, es mal jefe, pero como comercial vale su peso en oro; el pelota con comportamientos psicóticos, el chico guapo pero desmotivado, la recepcionista mona y crédula, el becario que se cree listísimo pero no sabe vender un mechero en el polo norte, la estirada religiosa, la maternal, el tipo que está ahí y nadie sabe qué hace, el que está a punto de jubilarse, el de recursos humanos al que todos ignoran...

La primera temporada no promete, la segunda arranca y de la tercera a la quinta va a velocidad de crucero. Al final la premisa de cada episodio es parecida: situación/problema típico de oficina que Michael intenta lidiar "a su manera" y por la que acaba metiendo la pata, hasta que, más o menos, se soluciona.

A partir de la sexta baja de nivel, a partir de la partida de Steve Carrell se veía venir que tendría un pronto final, nadie podía rellenar ese hueco.

La he visionado dos veces entera y aún hay situaciones que me hacen reír a carcajadas.