La bola de drac es sin duda una de las mejores series de animación de la televisión. Pero hablo de esta parte, hasta que Goku se hace grande. Luego, la magia que tenía la serie desaparece y se transforma en un culebrón de luchas y artes marciales, fuegos artificiales y gilipolleces de esas que un combate tarda más que un embarazo… vamos, como un partido de fútbol en “Campeones”.

Pero Bola de Drac (por supuesto en catalán, la buena, el doblaje divertido y espontáneo) con el Follet tortuga, Bulma, Oolong, Lunch, Pilaf y el gran exercit de la Cinta Vermella era una de las mayores aventura de mi infancia. El nuvol Kintol y el bastón mágico… eso si que era la leche. ¿Qué narices es eso de volar y tirar toda especie de rayos de las manos?

¿Por qué Goku tenía un rabo? ¿Por qué el Follet Tortuga está tan salido? ¿Por qué Lunch se transforma al estornudar? Miles de preguntas que hacía que siguieras soñando con unos personajes con unos golpes de humor que luego desaparecerían. Y es que siempre se me quedará en la memoria lo que Oolong pidió cuando por fin consiguieron juntar todas las bolas de drac… bravo.