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Voto de Chagolate con churros:
3
Drama. Intriga Adaptación cinematográfica de la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte. El exmarinero Coy (Carmelo Gómez) conoce en una subasta de objetos navales a Tánger Soto (Aitana Sánchez-Gijón). Entre ellos se formará una relación que trasciende lo profesional mientras buscan un bergantín hundido que otros también ambicionan. (FILMAFFINITY)
11 de septiembre de 2007
19 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que uno sabe que no tiene que ir a ver. Pero como vivimos en una sociedad, algunas veces, te envuelven con una camisa de fuerza y te arrastran, más o menos, a visionar desastres como este con tal de que tú puedas elegir en la siguiente ocasión. Muchas veces, espero una historia tan absurda, que acaba sorprendiéndome gratamente.

No es el caso. Y pasar a enumerar los fallos de esta película es reescribir casi el Quijote (por el número de páginas que debiera utilizar, claro). Voy a hacer una síntesis de lo que para mí supuso una de las peores películas que he visto últimamente en una sala de cine. Luego, espero olvidarla en los grandes mares y lagunas de mi memoria.

Empecemos por el guión, que es cuanto menos, desastroso. Me da lo mismo que sea adaptación u original. Me da lo mismo no haber leído el libro de Pérez-Reverte y por su puesto, me da lo mismo que el tema sea el gran Mar (algo de lo que he intentado vivir alejado y me ha sido imposible). De nuevo nos topamos con la dichosa voz en off, que exceptuando contadas ocasiones, es empalagosa y molesta. En este caso, además de ello, es una auténtica gilipollez. No contentos con introducir esa vocecita, la historia es aburrida, da la sensación de que nunca arranca y luego acelera de golpe para volver a detenerse. La trama es previsible, imposible y no se cuantas cosas más “ibles”.

Seguimos… la dirección es penosa. Sabemos que a Aitana no podemos pedirle mucho, así que es normal que esté desastrosa (su papel de Lara Croft no hay por donde cogerlo), pero que Carmelo Gómez también me de vergüenza es más grave. No hay un actor en la película que me deje una buena impresión. Están todos perdidos, buscando algo que no encuentran entre tantas olas batiendo en Buenaventura. Los polvos (gratuitos, aunque para bodrios como este, al menos nos alegramos con los sugerentes pechos de Aitana) son cómicos y causan vergüenza ajena.

Es sabido que Pérez-Reverte ama el mar. Uribe según leí, también; y parece ser que tuvo similares influencias que Reverte. Y para que no nos quepa duda alguna, nos lo deja caer en ese absurdo guión: Conrad, Stevenson, Melville, Hergé (mejor no comento la escenita de Milú que me cabreo más… que mujer esta Tánger… que hielo más helado… para que calentarme más)… y queda claro que tener grandes maestros no augura aventajados alumnos.
Chagolate con churros
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