A la espera del remake de su fantástica "Oldboy", el director coreano quiere contarnos otra historia. Y lo hace cubriéndola de suspense y erotismo.

"Stoker" es un film frío y sexy. Un relato sobre la madurez obligatoria sin previo aviso, el deseo más aterrador y los instintos más básicos. Nos cuenta la historia de una niña marginada por ser misteriosa, y los sentimientos que afloran en ella al conocer otro ser tan o más misterioso que ella. La brutalidad que esconden es a su vez el erotismo que desprenden, y todo el conjunto los llevaran a vivir trágicos e inesperados sucesos.

Esa incomprensión es la que también irradia el film. Se trata de un thriller de ritmo lento, totalmente previsible pero siempre dejando a la expectativa; cruda, violenta, oscura e irreal. Increíbles actuaciones del dúo protagonista pero olvidable Nicole Kidman. No llega a la magistralidad de anteriores obras del director pero se desenvuelve con mucho estilo.

Así pues, "Stoker" es una película desconcertante. Deja mal sabor de boca aun habiendo disfrutado de la película, y es recomendable aunque difícil de recomendar.
Desprende una magia oculta que asusta y a la vez atrae, y es que "Stoker" es eso: el miedo y el deseo a lo desconocido.