Tener un muerto en la nevera no es algo que pase todos los días. Si además haces con él carne picada y obtienes un éxito enorme vendiéndola, el asunto se hace aún más sombrío y extraño ¡Pero qué leches, aprovechemos que estamos en racha, nos cargamos a unos cuantos vecinos más y nos hacemos ricos!

No sé si soy yo, que no cojo la crítica de "El carnicero verde". Puede que haya un mensaje oculto tras tanto filete troceado, pero a mí esto me parece más una salchicha mala que un bistec de alta cocina.

Sin ser una película maravillosa, al menos podrían haber intentado hacer un producto entretenido. De nuevo, o el humor danés se me escapa o el filme tiene más bien poca gracia. Además, está rodado de forma tan academicista que no destaca en nada (Jean-Pierre Jeunet no se lució mucho con su Delicatessen, pero al menos su curiosa impronta la convirtió en una propuesta interesante).

En este caso, indiferencia.