Damon y McDormand trabajan para una gran compañía extractora de gas, y son enviados a un pueblo de los USA profundo a comprar terrenos a los empobrecidos lugareños para la perforación y producción de shale gas.

Ésta es una técnica muy reciente, muy de moda, y muy agresiva con el medio ambiente, particularmente con los acuíferos de la zona.

Como es lógico, se produce un choque mil veces visto entre los lugareños (tradicionalistas granjeros por una parte y codiciosos y necesitados por otra), nuestros dos protagonistas, y un ecologista muy activo y muy eficaz que recala en el pueblo para aguar los planes corporativos.

La película es amable; resulta difícil no aprobarla. Pero no le puedo dar buena nota: el guión es poco ambicioso; superficial; no hay debate ni tensión: solo oscilaciones a capricho del creador. Los espectadores son guiados a las conclusiones deseadas sin ningún disimulo. En ningún momento se profundiza en las alternativas, ni se produce un verdadero antagonismo. El romance con la lugareña del personaje de Damon, en fin, de tan socorrido, se califica solo.

Agradable, sin duda, pero banal.