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Voto de Naroa Lopetegi:
9
Romance. Drama París, distrito 13, barrio de Les Olympiades. Émilie conoce a Camille, que se siente atraído por Nora, que, a vez, se cruza en el camino de Amber. Tres chicas y un chico. Son amigos, a veces amantes, y a menudo las dos cosas. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2022
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO
Emilie necesita una nueva compañera de piso con la que compartir los gastos del alquiler, y espera la llegada de Camille, una candidata que se ha interesado. Pero resulta que Camille es un tío… No obstante, le acepta como compañero de piso, con el que no tarda en liarse. Más adelante conocemos también a Nora, una treintañera que decide retomar sus estudios de derecho… hasta que una peluca le juega una mala pasada.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Sabía perfectamente que esta película me iba a gustar. Todos y cada uno de los inputs que había recibido sobre ella me atraían poderosamente: la sinopsis, la temática, la apuesta por el blanco y negro, las alusiones a una actualización millenial de la novelle vague y el cine rohmeriano, mi anterior experiencia con monsieur Audiard… Iba sobre seguro, ni siquiera temía que un exceso de expectativas arruinara mi experiencia.

Y no me equivocaba ni un ápice.

El personaje de Emilie me conquista desde el primer fotograma, me encantan tanto su versión dura y distante como su esporádica pero irresistible sonrisa. Tiene las ideas clarísimas, tanto como para cambiarlas sobre la marcha si es menester, y sintonizo con su filosofía vital, con su desparpajo, con su capacidad de adaptación. Ella es la que me acoge en la película en la primera escena, y me lleva de la mano. El primer capítulo, que transcurre en ese piso compartido tan fogoso al principio como gélido después, es dinamita. Y se cierra de manera majestuosa, con ese súbito oscurecimiento de la imagen que acompaña al anuncio de la decisión que toma Camille.

Asistimos entonces a la primera escena en color de la película. La protagoniza Amber-Sweet, y el color refleja postureo, adorno, falsedad. La vida real es eso que sucede en blanco y negro, sin alaracas. Y el relevo de Amber lo toma Nora, con su ilusionado intento por volver a la universidad. Hay que reconocerle actitud y entusiasmo, ningún complejo por ser provinciana y treintañera, aunque sus primeras tentativas amistosas caigan en saco roto. Cuando dobla la apuesta, en plan femme fatale, se estrella con todo el equipo. No lo merece, pero la vida es así. En blanco y negro.

Confluyen entonces los destinos de Nora y de Camille, reunidos por sendos desengaños profesionales. Inician juntos un proyecto que, aunque parece abocado a ser meramente empresarial, va a ir más allá, con Camille en el papel de burlador burlado. Todo transcurre con gran fluidez en pantalla, es divertido y parece ligero, pero encierra grandes cargas de profundidad. El guión es un triunfo, la puesta en escena brillante, y las interpretaciones impecables. Cine del bueno.

El nivel no baja en ningún momento. Hay circunstancias imprevistas, otras que se dejan ver venir. Y así hasta que llegamos a un doble desenlace que le aporta colorido a la realidad, esperanzando nuestras perspectivas sobre las grises existencias que vivimos. La película se cierra como empezaba, con Emilie llenando la pantalla en una última secuencia memorable en torno al portero automático del piso.

Llegamos así al final de un viaje gozoso, pero no tramposo ni condescendiente. Echando la vista atrás, y pese a haber devorado el metraje con una enorme sonrisa en la boca por el puro disfrute, detecto que el guión me ha puesto muchas piedras en el camino, me ha hecho sufrir en varios momentos. También ha girado varias veces, presentando a personajes cambiantes, un poco veletas, como somos todos en nuestras vidas. El tránsito ha sido gozoso por la suma de los ingredientes, tanto los narrativos como los ornamentales. Todo está bien medido, no encuentro peros. Me lo he pasado estupendamente, y elevo a Jacques Audiard en mi escalafón de cineastas de referencia.

Sospechaba que la idea de trasladar a nuestro tiempo las bases narrativas y formales de una revolución cinematrográfica como la de la novelle vague puede dar magníficos réditos si quien se pone manos a la obra tiene talento. Y lo mismo sucede con esa temática rohmeriana, ligera pero profunda, tonta tonta mierda mierda.

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2022/04/17/critica-de-cine-paris-distrito-13/
Naroa Lopetegi
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