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Voto de jaly:
7
6,3
12.773
Drama. Romance
Historia de los Trueba, una turbulenta famila chilena de clase alta que, durante tres generaciones, vive los cambiantes acontecimientos de su país. Con su violento patriarca y sus mujeres clarividentes, la historia familiar se extiende desde finales del siglo XIX hasta el golpe de estado que derrocó al gobierno de Salvador Allende en 1973. (FILMAFFINITY)
25 de enero de 2012
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta difícil hacer una crítica objetiva de La Casa de los Espíritus. Por un lado, recuerdo que fue una de las primeras películas que vi en un cine, y sobre todo, fue la primera en la que descubrí que había una actriz llamada Meryl Streep, y que me resultó tan particular, misteriosa, especial, que empecé a explorar en todas sus películas, en fascinantes historias que a su vez me llevaron a amar todo el cine en general. Y como la historia que vi en La Casa de los Espíritus me pareció tan apasionante (porque lo es) también éste fue uno de los primeros libros que recuerdo haber leído, un recuerdo que es, entonces, importante para mi.
Valorando hoy la película, puedo decir que se trata de un melodrama emocionante, con espléndidas interpretaciones y una gran historia, pero que como adaptación, por muy fea que sea la palabra, es una película atrofiada, completamente confundida, insalvable incluso en algunos aspectos.
Una vez superada la convención de que en Chile se hable inglés en vez de español, o de que todos los carteles de las calles estén escritos en ese idioma; y una vez asumido que cualquier libro que se adapte a la gran pantalla es susceptible de cambios respetables, encontramos una historia incoherente desde el punto de vista narrativo y cronológico, ya que en el afán de hacer una película mas fácil y accesible, el personaje de Alba, la hija de Blanca, y el de ésta, se fusionan creando a otro al que es imposible seguir por la realidad social, histórica y política que sin embargo quiere contar el guión. Otros, los que directamente no elimina (Amanda, Miguel, o los gemelos hermanos de Blanca), verdaderas joyas de la novela de Isabel Allende, como Tránsito, Rosa, Segundo, Estéban García, Satigny, Nana... son reducidos al más burdo estereotipo hollywoodiense, relegándolos a comparsas de segundo plano, y haciendo así que la historia avance a trompicones, sin coherencia, sin que ese mensaje generacional sobre el peso de nuestras decisiones en nuestros descendientes, cale tan hondo como calaba en la novela.
Pero a pesar de todo esto, La Casa de los Espíritus sigue siendo una historia poderosa sobre la tragedia de una familia, una apasionante visión del paso del tiempo, el reencuentro y la magia en la vida de una serie de personas que han de jugar con el destino de un país que no les deja escaparse. Hay breves momentos en que ese particular y emotivo realismo mágico sobre el que escribe Allende hace acto de presencia. En esos momentos hay belleza en la película, además de por una poderosa banda sonora de Hans Zimmer o por el muy acertado diseño de producción.
(Sigue sin spoiler)
Valorando hoy la película, puedo decir que se trata de un melodrama emocionante, con espléndidas interpretaciones y una gran historia, pero que como adaptación, por muy fea que sea la palabra, es una película atrofiada, completamente confundida, insalvable incluso en algunos aspectos.
Una vez superada la convención de que en Chile se hable inglés en vez de español, o de que todos los carteles de las calles estén escritos en ese idioma; y una vez asumido que cualquier libro que se adapte a la gran pantalla es susceptible de cambios respetables, encontramos una historia incoherente desde el punto de vista narrativo y cronológico, ya que en el afán de hacer una película mas fácil y accesible, el personaje de Alba, la hija de Blanca, y el de ésta, se fusionan creando a otro al que es imposible seguir por la realidad social, histórica y política que sin embargo quiere contar el guión. Otros, los que directamente no elimina (Amanda, Miguel, o los gemelos hermanos de Blanca), verdaderas joyas de la novela de Isabel Allende, como Tránsito, Rosa, Segundo, Estéban García, Satigny, Nana... son reducidos al más burdo estereotipo hollywoodiense, relegándolos a comparsas de segundo plano, y haciendo así que la historia avance a trompicones, sin coherencia, sin que ese mensaje generacional sobre el peso de nuestras decisiones en nuestros descendientes, cale tan hondo como calaba en la novela.
Pero a pesar de todo esto, La Casa de los Espíritus sigue siendo una historia poderosa sobre la tragedia de una familia, una apasionante visión del paso del tiempo, el reencuentro y la magia en la vida de una serie de personas que han de jugar con el destino de un país que no les deja escaparse. Hay breves momentos en que ese particular y emotivo realismo mágico sobre el que escribe Allende hace acto de presencia. En esos momentos hay belleza en la película, además de por una poderosa banda sonora de Hans Zimmer o por el muy acertado diseño de producción.
(Sigue sin spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero el punto fuerte de esta película son sus actores. Son tan buenos que aunque el enfoque esté equivocado, los personajes verdaderos surgidos de esas páginas aparecen como espíritus. Por eso es tan dolorosa la imagen del déspota hecho a si mismo, pero enamorado como un niño solitario, que crea un enérgico Jeremy Irons. Y por eso Meryl Streep capta a la perfección esa evasión etérea y clarividente, esa comunión sensorial con el más allá y con sus seres queridos. O Glenn Close, que borda esa mujer que en realidad sobrelleva una muerte en vida, una mancha gris como existencia por su condición y los trucos del destino. (Hay que destacar también como estos tres genios de la interpretación dejan ver el paso del tiempo: desolador). Y Ryder y Banderas, que cumplen con el papel romántico e idealista de sus personajes, con el amor por encima del rencor, el tiempo y los impedimentos.
La Casa de los Espíritus es una historia tan bella, y con un reparto tan bueno, que es imposible calificarla como una mala película. Pero tampoco es tan buena como podría haber sido. Se queda en un melodrama correcto, de grandes interpretaciones, pero al que su comercialidad le jugó una mala pasada.
La Casa de los Espíritus es una historia tan bella, y con un reparto tan bueno, que es imposible calificarla como una mala película. Pero tampoco es tan buena como podría haber sido. Se queda en un melodrama correcto, de grandes interpretaciones, pero al que su comercialidad le jugó una mala pasada.