Un director tan arriesgado, personal, y versátil era el único capaz de llevar a la pantalla una historia tan extraña como la que cuenta Más Extraño que la ficción, valga la redundancia. Esta se acerca más a esa ese espléndido mecanismo de relojería que es Tránsito que a la poesía visual de Descubriendo Nunca Jamás o a la narrativa austera de Monster´s Ball, anteriores y variados títulos del jóven y talentoso cineasta.
La historia que aquí se cuenta puede verse como un fresco de originalidad extrema nunca visto, que lo es, pero también como un lienzo plagado de referencias, las más comentadas a Unamuno e incluso a Virginia Wolf, esa escritora compleja obsesionada con la idea de la muerte hasta el punto de por no poder sucumbir a ella trata de que lo haga su personaje, del que cuenta sus minucias hasta llegar a un punto en el que un aparentemente intrascendente acontecimiento desembocará en un giro inesperado en su vida. Este complejo eje es sólo la base de esta cinta en la que también intervienen inspectores de hacienda, excéntricos catedráticos, camareras anarquistas, auditores severos y relojes bondadosos. En la mezcla de todos estos elementos está el poder de la cinta, algo que sin lugar a dudas es gracias a un espléndido guión que depara sorpresas hasta su final, y también desde luego a la dirección, por las secuecias largas que Forster rueda, por su arriesgado tono narrativo y especial y por cómo juega con los recursos audiovisuales.
Y respecto al reparto decir que Thomson y sobre todo, un divertidísimo Hoffman demuestran sus tablas a lo largo de todo el metraje, Gyllenhaal y Latifah demuestran tener presencia ante la cámara pese a unos personajes algo desdibujados. Y respecto a Will Ferrell desde luego era el actor adecuado para este papel de un hombre anodino e impasible, pero que no me hablen de que este papel supone un giro en su carrera o que su interpretación es sobresaliente, por que no lo es, es lo mismo de siempre solo que aquí en una cinta de calidad, de la que el se convierte en el punto más flojo, ya que su cara de nada acaba resultando exasperante, y el ritmo de la cinta decae en algunos momentos por su nula química con el personaje de Gyllenhaal, escenas con las que la actriz nada puede hacer porque Ferrell simplemente está, como siempre. Desde luego será el papel de su vida, porque encaja en el perfil del personaje, pero por favor, que cambie de registro, pero de verdad.