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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Thriller. Intriga. Drama Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del Ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizaron una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una ... [+]
13 de noviembre de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La carrera como actor de Ben Affleck siempre resultó ser errática: en las cintas independientes de sus inicios (la mayoría a las órdenes de Kevin Smith) él nunca fue la identidad de la película. En las grandes superproducciones (Pearl Harbor, Armageddon, Daredevil, Pánico Nuclear) nunca tuvo el carisma suficiente para cargar con el peso de ser el héroe. Hizo muchas comedias totalmente olvidables y olvidadas (Las fuerzas de la naturaleza, Algo que contar, Gigli, Jersey Girl). Y en sus buenas películas (Shakespeare in Love, El indomable Will Hunting) su labor pasó desapercibida. Pero como siempre se ha dicho, de todo se aprende. Y a base de mirar a sus directores, o tal vez por su evidente pasión por el mundo del cine, Affleck consiguió una formación ejemplar para ponerse detrás de la cámara.

Después de dos películas tan potentes y con tanta personalidad como Adiós, pequeña, adiós y The Town, Affleck alcanza ahora el cénit de su carrera con Argo, un proyecto mucho más grande y ambicioso que esas dos fantásticas películas. Porque en Argo Affleck demuestra no solo la precisión como director que habíamos visto antes, si no que conocemos a un director con una cultura, una integridad artística y una capacidad para el espectáculo que no se puede discutir.

Porque Argo además cuenta una historia de delicado calado moral, y Affleck sabe ser sutil, esquivar cualquier atisbo de tópico racial, consigue atenerse a un rigor histórico inaudito en Hollywood, pero a la vez hacer una cinta de intriga que funciona como una bomba de relojería. Argo es la primera gran película de la temporada de premios de este año, pero lo es además sin ser en ningún momento pretenciosa y sin caer en banales discursos políticos: Argo habla de la integridad de un grupo de hombres de esos cuya labor, cuya profesión, es el centro de sus vidas (y qué excepcional es ver a actores tan buenos como Cranston, Arkin, Goodman, Scott McNairy, el propio Affleck, y todo el reparto haciendo este trabajo). Habla de La Historia, de una historia demasiado reciente y aún presente en muchos aspectos, pero lo hace con pudor, con humanismo, con una honestidad a prueba de bombas, sabiendo incluso introducir un sentido del humor maravilloso, y un sentido homenaje al cine además.

Argo consigue lo que muy pocos thrillers consiguen: va creciendo, desde su secuencia inicial, hasta su magistral epílogo, en tensión, en rapidez, en emoción. Cuando crees que ya has visto como se resuelve una situación tan compleja como la que cuenta, entonces te das cuenta hasta qué punto has llegado a preocuparte por el destino de sus personajes, hasta qué punto Affleck ha sido capaz de implicarte emocionalmente en su historia; cómo su excepcional diseño de producción, cómo su ritmo y su tono, cómo Desplat sabe que la banda sonora evoluciona en función de la trama, cómo la labor de todos los actores (Argo es una de esas películas en el que hasta un intérprete que dice una sola frase, es profundamente veraz), han conseguido que no solamente veas, si no que vivas, la historia que te han contado.
jaly
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