Si tuviéramos que escribir un decálogo de las relaciones de pareja en base a lo que hemos visto en el cine, incluiríamos películas como Manhattan, Tal como éramos, Antes del atardecer & amanecer o Closer. A esa lista añadiría yo (500) Days of Summer. ¿Porqué poner esta pequeña película a la altura de semejantes clásicos? Muy sencillo: es dolorosamente real, románticamente verídica, lúdicamente emocionante, cierta como pocas y contemporánea a más no poder.

Porque esta película habla del tema más universal de todos. Las relaciones de amor y el enamoramiento. La historia que cada pareja lleva tras de sí, sus sueños y su pasado. Lo que les une y lo que les separa. Como dicen en el propio guión, los muros que se han derribar en torno a uno mismo y a la persona que queremos para que esos dos seres lleguen a entenderse por lo que son, no por lo que les gustarían que fuera. Una risa en una tarde cualquiera, una película, una vez que se hizo el amor y/o el sexo. Una palabra tuya que sólo yo se escuchar. Lo que tú me dices a mí, solo a mí, y lo que yo te digo a ti, sólo a ti. Una caricia que es pedida y otra que es rechazada. Una ligera mentira. Una rueda que va de un extremo a otro, que nos lleva de nuestras expectativas a la realidad (como esa pieza en la película sobre esto mismo, que es una obra de arte en si misma).

Con (500) Days of Summer todo el mundo puede identificarse, pues es real como el hecho de que existe el amor y es difícil encontrarlo. Pero es que además su autor realiza una carambola argumental incluyendo el destino y la coincidencia en nuestro camino amoroso. Y todo ello apoyado en unos estandartes imperturbables, que son un estilo único, rápido, y bellísimo a la hora de contar su historia; una selección musical que refuerza emociones y cuenta la propia historia; y una ciudad como Los Angeles.

Una ciudad que está siendo redescubierta como demuestran series y películas tan distintas como FlashFoward, Lost, Cinco Hermanos, 2012 o Buscando un beso a medianoche. LA ya no es vista como un oscuro nudo de autopistas. Ya se está aprendiendo a apreciar la maravillosa y única atmósfera de esta megaurbe inabarcable, pero llena de rincones y momentos únicos. En este filme es fotografiada con cariño y la objetividad que resalta su propia belleza.

Y además, la vitalidad y la sinceridad con la que está contada la historia es en gran parte debido a su pareja protagonista, y en especial a Joseph Gordon-Lewitt, magnifico actor lejos del star system (Misterious Skin, Brick, Ausente), cuya naturalidad pero a la vez sensibilidad hace a su personaje cómplice de todos los que hemos amado y nos hemos equivocado o acertado.

Gracias por hacer comedias románticas emotivas, divertidas, y sobre todo, basadas en echos reales.