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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
7
Comedia. Drama En el vertiginoso mundo de la moda de Nueva York, la cumbre del éxito la representa la revista Runway, dirigida con mano de hierro por Miranda Priestly (Meryl Streep). Trabajar como ayudante de Miranda podría abrirle cualquier puerta a Andy Sachs (Anne Hathaway), si no fuera porque es una chica que destaca por su desaliño estilo dentro del grupo de guapísimas periodistas de la revista. Andy comprende muy pronto que para triunfar en ese ... [+]
2 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Diablo Viste de Prada pretende, más allá de su aparente factura de comedia hollywoodiense clásica, hacer un análisis y un recorrido por uno de los mundos más influyentes y denostados del circo actual: la moda. Algo que en tantas ocasiones se tacha de frívolo e innecesario, es, sin embargo, el eje de muchas vidas y de infinitos puestos de trabajo, de influencia incuestionable en cada rincón de la tierra y de trascendencia por encima de su fama. Todo esto lo explica Meryl Streep en un momento de la cinta, y aquello que comenta en defensa de una profesión y un estilo de vida, es lo mismo que podría decirse de esta película.

Por eso El Diablo Viste de Prada es mucho más de lo que aparenta, pues es capaz de retratar a la perfección la jungla urbana de las pasarelas, las revistas, los representantes, las dobles morales laborales y la dedicación absoluta a un campo que genera millones de dólares diarios.

Es una pena entonces, que se haya querido dulcificar tanto tan interesante mensaje con una subtrama y una supuesta moraleja que no encajan en absoluto con los verdaderos temas de los que trata la cinta. Hablo, por supuesto, de los anodinos conflictos sentimentales de la protagonista, Anne Hathaway, que lo único que hacen es provocar sopor y desviar de lo que realmente entretiene de la película (el retrato de ese mundo antes mencionado), y de lo que realmente fascina (Meryl Streep), debido a un guión sembrado de tópicos en esta parte y a dos galanes que no podrían tener menos carisma, encanto o mínima atracción.

Pero aún así El Diablo Viste de Prada es una comedia mucho más profunda de lo que parece, rodada como si una superproducción se tratase, que hace un uso exquisito de sus localizaciones (Nueva York y París) y de sus infinitos vestuarios. El guión, aunque se equivoque queriendo convertirse en un alegato moralista sobre la libertad y los principios laborales, es entretenido y derrocha conocimiento en cada escena.

Y si hay algo de verdad memorable en este filme es su reparto. Hathaway cumple sabiendo que su papel es tan solo un peón de la historia y los demás personajes. Tucci y Blunt están soberbios en sus roles, haciendo orgánica y veraz la comedia. Y Meryl Streep, por supuesto, merece un aparte.

Habiendo demostrado ya que no hay nada que no pueda hacer, Meryl Streep realizó en esta película una transformación física que hace que desaparezca la actriz y emerja el personaje, el arte. Además, cada texto que sale de su boca se convierte en un momento de tensión y de sabiduría muy por encima de los errores de la cinta. Su creación aquí es un estudio casi antropológico de la mujer moderna y de la ambición, un retrato en profundidad de la dragona encarada en un mundo de hombres, y de la verdadera mujer escondida detrás de caras firmas, temida reputación y personalidad de hierro.
jaly
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