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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
8
Ciencia ficción. Drama Tras la prematura muerte de sus padres siendo una niña, Eleanor Arroway perdió la fe en Dios. Como contrapartida, ha concentrado toda su fe en la investigación: trabaja con un grupo de científicos que analizan ondas de radio procedentes del espacio exterior con el fin de encontrar señales de inteligencia extraterrestre. Su trabajo se ve recompensado cuando detecta una señal desconocida que parece contener las instrucciones de ... [+]
27 de diciembre de 2016
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contact tiene todo lo que el -buen- cine comercial de los noventa podía dar: un director perfectamente capaz de sorprender pero sin ofender a nadie (Robert Zemeckis en la cresta de la ola de Forrest Gump), una estrella poderosa y carismática, Jodie Foster, que además es una excelente actriz, y que aún no había tenido que batallar con los prejuicios de la edad y de la exposición de su vida privada, y una historia apasionante, visionaria de las grandes películas de ciencia ficción del siglo XXI (a lo que iré luego), pero que, a pesar de su esencia metafísica y trascendental, se pliega a sentimientos y situaciones más reconocibles para el gran público como recurso ante aquellos a los que no les interese el viaje que en realidad es la esencia de Contact.

Decía que Contact es visionaria en su género. Lo es porque, en el fondo, es la misma historia que nos contarán, desde diferentes perspectivas e intenciones, en Interstellar y en Arrival. En primer lugar, por su excusa (o detonante): la búsqueda paterno filial por cubrir/superar/encontrar la ausencia del padre o el hijo, más allá de este mundo perceptible. Y para continuar, por el significado que tiempo y espacio tienen en esa búsqueda. Después hay otros elementos en juego en cada una de ellas (en Interstellar el planeta abocado a la destrucción natural; en Arrival el lenguaje como medio y solución para el tiempo; en Contact el debate sobre la ciencia y la fé y cuáles son los cimientos de nuestra humanidad), pero en realidad todas esas cuestiones convergen en un mismo embudo: ¿Quiénes somos? ¿A dónde nos dirigimos?

Contact es tan apasionante como las otras dos cintas porque esas preguntas son, de facto, apasionantes. Es cierto que en su carácter comercial tenemos que asistir a cierto exceso de sentimentalismo en lo que se refiere al padre de la protagonista, y que todas las cuestiones gubernamentales (incluyo aquí ese absurdo personaje del terrorista), están metidas en el guión para hacer de Contact algo más digerible para el público masivo de los 90. Pero aún así, la narración clásica de la trama, el espléndido trabajo de su protagonista, y las apasionantes elucubraciones que surgen de su último acto (que es un salto de fe tan grande como el de Interstellar y Arrival), hacen de Contact, aún tantos años después de su estreno, una excelente película.

Contact fue un éxito comercial considerable, teniendo en cuenta el encendido debate (para los americanos, sobre todo) que pone en escena en cuanto a la ciencia y la fe (y que es resuelto de manera verdaderamente emocionante en el monólogo final de Foster, en el que la actriz hace, como en sus grandes personajes, un trabajo excepcional). Se habló mucho de ella en cuanto a las posibilidades reales de su último acto, en el que aunque hoy se perciban las limitaciones de la época en los efectos especiales, funciona tanto como las dudas que surgen de él. Pero ante todo es Contact una cinta tremendamente entretenida, alimentada por un buen reparto (todos sus actores creen en la historia que están contando) y un director que siempre es garantía de algo, al menos, interesante. Y aquí más aún.
jaly
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