Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Drama. Romance Verano de 1947. Stingo, un joven aspirante a escritor, se instala en una pensión familiar de Brooklyn. Su tranquilidad se verá pronto turbada por la terrible discusión de una pareja que vive en el piso de arriba. Cuando conoce a los amantes queda cautivado por su encanto y simpatía. Ella, Sophie Zawistowska, es una hermosa emigrante polaca y católica. Él, Nathan Landau, un encantador y desequilibrado científico judío. Poco a poco, ... [+]
8 de abril de 2009
77 de 83 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stingo, el joven protagonista de La Decisión de Sophie, somos todos nosotros. Espectadores impávidos a los despropósitos del mundo, horrorizados por la capacidad de hacer el mal del ser humano, pero demasiado asustados y pequeños para poder intervenir. Stingo asiste a la revelación de Sophie, una joven polaca que vive una tormentosa relación con un estadounidense, Nathan, que la salvó cuando llegó al nuevo mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Y en el pasado de Sophie, tanto Stingo como nosotros, atisbamos como se puede herir de por vida el alma de un ser, cómo podemos utilizar tanto nuestra mezquindad para hacer que, entre otras cosas, una madre tenga que elegir entre dos hijos.

Porque el Siglo XX nos pertenece a todos, y todos hemos hecho de él que en incontables eones de tiempo sea el más sanguinario de todos, justo cuando creíamos que los valores sociales y morales de la raza humana se desarrollaban para un bien común. Pero es innegable que en ese siglo, que se abrió con una matanza ideológica (la Revolución Rusa) y se cerró con otra (la caída de las Torres Gemelas) ha creado tantas muertes y traumas que nos cuestionemos nuestro gentilicio de “Raza Superior”. La historia de La Decisión de Sophie pudo pasar, y los dolores de personas como ella sin duda fueron sufridos.

La película, injustamente olvidada a día de hoy, es un potente y desgarrador retrato del nazismo, pionera en la utilización de la vertiente humana de la historia, y una de las mejores películas de Pakula, que cuenta su historia de un modo clásico e innovador para entonces (los flashbacks), y consigue hacer fluida y emotiva la excelente y densa prosa de William Styron en la novela. Combina los dos tiempos narrativos con precisión, el “alegre” devenir de los protagonistas en Nueva York; y el gris pasado de Sophie en Auschwitz, con un diseño de producción tan bueno que casi se puede oler el humo de los crematorios.

Kevin Kline da un fascinante ejercicio de interpretación en su primera película como el desequilibrado Nathan. Y Merl Streep. Si ella fue lo que fue, es lo que es, y será lo que será para el mundo del cine es en gran parte por esta película. Más allá de cuestiones técnicas como el uso de la voz en cuanto a los idiomas que habla, o la vista de su mellado cuerpo, su interpretación en en el filme va más allá de lo calificable. Su Sophie es uno de los mayores y mejores personajes que nos ha dado el séptimo arte, ya que casi nunca se ha visto una comprensión tan total, desde las entrañas hasta el último cabello, de un personaje. Todos los planos de La decisión de Sophie en que ella aparece están cargados de una tensión y una vida que no se pueden calificar sólo como cine. La estructura de Sophie como muñeca rusa emocional que va abriéndose a lo largo de la trama y nos deja atisbar los episodios de una vida marcada por la tragedia, son servidos por una actriz perfecta y envidiable, que con está película define para siempre lo que significa ser actor.
jaly
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow