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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
10
Thriller. Intriga El veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata que toma como base la relación de los siete pecados capitales: gula, pereza, soberbia, avaricia, envidia, lujuria e ira. Los cuerpos de las víctimas, ... [+]
23 de diciembre de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de Seven, una infinidad de thrillers vacíos, previsibles y huecos, han inundado las salas de cine. Ese es el único reproche que puede hacerse a esta sobrenaturalmente perfecta película, cuyo alcance en cuanto a mensaje y a estilo pervive casi quince años después de su estreno.

Y para aquellos que dudaron con el trabajo de Fincher en el tercer Alien, con Seven quedó bien claro que nos encontrábamos ante un visionario cineasta del futuro, que más tarde encumbró cada obra suya como acontecimiento social.

Porque en el caso que nos ocupa, Seven es más, mucho más, que una película de intriga con asesino en serie. Seven es un profundo análisis del pesimismo y la apatía en el mundo contemporáneo, que parte de la base gris y desangelada del ser humano. De cómo la creación de un Dios por parte de los mortales provoca una categorización muy peligrosa en cuanto a lo que separa la salvación del pecado.

David Mills (Brad Pitt) es impetuoso, enérgico, disconforme a modo discursivo con el rumbo de la vida, y de su profesión en particular. El teniente Sommerset (Morgan Freeman), en cambio, es paciente, observador, y no se guía por ninguna clase de impulso ni aparente emoción. Su tiempo vital es sosegado y concienciudo. Uno está salvado, otro pecará.

Porque en una sociedad atestada de parásitos, el menor germen de mal puede extenderse como un cáncer. Porque si tomamos como definitivos los mandatos de Dios, muy pocos nos salvamos de las faltas a la altitud moral. Cada persona conserva un atisbo de ira, un coletazo de envidia, un resquicio de avaricia, un momento de lujuria, un jirón de pereza, un impulso de gula o un amago de soberbia.

Por eso todo es gris en Seven, la ciudad indeterminada en la que se mueve la acción podría ser cualquiera, porque nos afecta a todos; la lluvia no cesa, la suciedad se amontona. Y sólo cuando el brazo ejecutor de Dios hace acto de presencia, las nubes dejan ver el sol. Pero él no es un demente, eso es lo que más miedo provoca. Que su discurso nos desnuda y nos deja indefensos como a niños. Los caminos del Señor son inescrutables.

Fincher, Kevin Walker, Freeman y Pitt, edificaron con Seven una obra maestra que debe ser estudiada, analizada, y jamás olvidada, como conocimiento de los oscuros rincones humanos.
jaly
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