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Voto de jaly:
8
6,2
85.074
Ciencia ficción. Aventuras. Thriller
Lo que en el pasado fueron los Estados Unidos, ahora es una nación llamada Panem; un imponente Capitolio ejerce un control riguroso sobre los 12 distritos que lo rodean y que están aislados entre sí. Cada distrito se ve obligado a enviar anualmente un chico y una chica entre los doce y los dieciocho años para que participen en los Hunger Games, unos juegos que son transmitidos en directo por la televisión. Se trata de una lucha a ... [+]
21 de abril de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca es fácil adaptar -bien- una novela a la gran pantalla. Menos aún si esta se engloba dentro del género fantástico, pues seguramente manejará unos códigos y un universo propio, que en páginas puede extenderse en el carácter explicativo, pero que en cine necesita condensación y acción además de carácter informativo. Todavía se pone más difícil si tiene lugar en algún tipo de futuro distópico, una ciencia ficción siempre anclada a la realidad, pero una realidad que ha transitado desde lo que conocemos hasta lo que vemos en la pantalla, es decir, que ha sufrido una evolución histórica, una sucesión de acontecimientos, que probablemente hayan cambiado los estamentos sociales y morales de la sociedad que retrata.
Dicho esto, ¿es Los Juegos del Hambre una buena película? Parece sencillo decir que es una buena adaptación, pues es fiel a su referente, respetando el desarrollo de la historia, cambiando mínimos detalles comprensibles de cara a la adaptación, captando el espíritu de su historia y de sus personajes. Pero a pesar de todo, encuentra los escollos habituales de esta clase de sagas adaptadas al cine. No es un desastre del calibre de La Brújula Dorada, está más cerca de las mejores adaptaciones de Harry Potter, pero no alcanza la maestría de El Señor de los Anillos, por poner algunos ejemplos (y ya que no he tenido el ¿placer? de ver o leer Crepúsculo, esa otra serie con la que tanto se ha comparado, no se muy bien por qué).
Esos escollos pueden resumirse en lo siguiente: en un intento de conseguir transmitir toda la información del libro, acierta en algunos recursos (como en el de convertirnos en espectadores directos del espectáculo, los Juegos, contándonos como a un público presente los vericuetos del mismo), pero acumula demasiados sucesos, demasiados personajes, como para que haya hueco para todos. También se necesitaría más espacio para conocer los distintos mundos de LJDH: aunque funciona muy bien la textura visual y plástica que ha usado inteligentemente Gary Ross para definir y diferenciar el Distrito 12, el Capitolio y los propios Juegos, hay muchos detalles por conocer que sólo quedan apuntados (la miseria y la dureza del primero; la estupidez y la paranoia conspiranoica del segundo; y el verdadero peligro y crudeza vital del tercero). Hay hechos dramáticamente importantes para la trama que pasan demasiado rápido; personajes que carecen de importancia, lo que no favorece en absoluto al discurso (la mayoría de los competidores de los Juegos del Hambre; la historia familiar de la protagonista), y sobre todo, en el afán de hacer una película comercial como lo fue la novela, se puede correr el peligro de caer en el puro espectáculo de aventuras olvidando la inherente, incisiva y seca crítica social, institucional y moral de su trama.
(Sigue sin spoiler por falta de espacio)
Dicho esto, ¿es Los Juegos del Hambre una buena película? Parece sencillo decir que es una buena adaptación, pues es fiel a su referente, respetando el desarrollo de la historia, cambiando mínimos detalles comprensibles de cara a la adaptación, captando el espíritu de su historia y de sus personajes. Pero a pesar de todo, encuentra los escollos habituales de esta clase de sagas adaptadas al cine. No es un desastre del calibre de La Brújula Dorada, está más cerca de las mejores adaptaciones de Harry Potter, pero no alcanza la maestría de El Señor de los Anillos, por poner algunos ejemplos (y ya que no he tenido el ¿placer? de ver o leer Crepúsculo, esa otra serie con la que tanto se ha comparado, no se muy bien por qué).
Esos escollos pueden resumirse en lo siguiente: en un intento de conseguir transmitir toda la información del libro, acierta en algunos recursos (como en el de convertirnos en espectadores directos del espectáculo, los Juegos, contándonos como a un público presente los vericuetos del mismo), pero acumula demasiados sucesos, demasiados personajes, como para que haya hueco para todos. También se necesitaría más espacio para conocer los distintos mundos de LJDH: aunque funciona muy bien la textura visual y plástica que ha usado inteligentemente Gary Ross para definir y diferenciar el Distrito 12, el Capitolio y los propios Juegos, hay muchos detalles por conocer que sólo quedan apuntados (la miseria y la dureza del primero; la estupidez y la paranoia conspiranoica del segundo; y el verdadero peligro y crudeza vital del tercero). Hay hechos dramáticamente importantes para la trama que pasan demasiado rápido; personajes que carecen de importancia, lo que no favorece en absoluto al discurso (la mayoría de los competidores de los Juegos del Hambre; la historia familiar de la protagonista), y sobre todo, en el afán de hacer una película comercial como lo fue la novela, se puede correr el peligro de caer en el puro espectáculo de aventuras olvidando la inherente, incisiva y seca crítica social, institucional y moral de su trama.
(Sigue sin spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pero a pesar de eso, LJDH es, si no una buena película, un filme tremendamente entretenido, repleto de imaginación tomada de múltiples referentes, con un diseño de producción perfecto y original, y sobre todo con cantidad de ideas interesantes, capaces de hablar de la opresión de ricos a pobres, de la enferma sociedad del espectáculo, de la manipulación a la que está sometido el ciudadano medio; sin que todo eso suene a ya visto, a manido. Las ideas del libro, que son lo mejor que contenía, se mantienen en la película, con unas posibilidades multiplicadas para sus secuelas, porque el campo ya está allanado y conocemos el mundo del que nos hablan, que además, lucirá mucho más espectacular en sus secuelas, con su segura inyección de presupuesto.
Y otra de las grandes virtudes de esta película está en la elección de un reparto, que desde las composiciones más expresivas (Harrelson, Banks, Tucci, Jones, Sutherland, Kravitz), a las más introspectivas (Hemsworth, Lawrence, Hutcherson), calca el trazado original de la novela. En especial los dos héroes del relato, Hutcherson y Lawrence, saben aprovechar sus personajes para definir con claridad meridiana su inteligencia, su afán de supervivencia, sus apuntes inconformistas, sus confusos sentimientos, su claridad estratega (su adolescencia, al fin y al cabo). Lawrence, además, toma prestado bagaje de su maravillosa creación en Winter's Bone y crea a una heroína creíble, alejada del estereotipo de género, parca en palabras y sumergida bajo corazas de dolor. Un personaje tremendamente complejo, otro gran aliciente de LJDH que ha sido trasladado al cine con maestría total.
Finalmente, “los árboles no nos impiden ver el bosque”. LJDH ofrece geniales trabajos secundarias y una portentosa interpretación de la protagonista. Gracias a la fuerza de su historia original, que versa sobre enviar a niños y adolescentes a una matanza indiscriminada entre todos ellos como fin de demostrar el control y el poder de los que mandan; esta distopía para las nuevas generaciones, pero con la suficiente inteligencia como para gustar a todos, conserva su calado emocional y moral.
Y otra de las grandes virtudes de esta película está en la elección de un reparto, que desde las composiciones más expresivas (Harrelson, Banks, Tucci, Jones, Sutherland, Kravitz), a las más introspectivas (Hemsworth, Lawrence, Hutcherson), calca el trazado original de la novela. En especial los dos héroes del relato, Hutcherson y Lawrence, saben aprovechar sus personajes para definir con claridad meridiana su inteligencia, su afán de supervivencia, sus apuntes inconformistas, sus confusos sentimientos, su claridad estratega (su adolescencia, al fin y al cabo). Lawrence, además, toma prestado bagaje de su maravillosa creación en Winter's Bone y crea a una heroína creíble, alejada del estereotipo de género, parca en palabras y sumergida bajo corazas de dolor. Un personaje tremendamente complejo, otro gran aliciente de LJDH que ha sido trasladado al cine con maestría total.
Finalmente, “los árboles no nos impiden ver el bosque”. LJDH ofrece geniales trabajos secundarias y una portentosa interpretación de la protagonista. Gracias a la fuerza de su historia original, que versa sobre enviar a niños y adolescentes a una matanza indiscriminada entre todos ellos como fin de demostrar el control y el poder de los que mandan; esta distopía para las nuevas generaciones, pero con la suficiente inteligencia como para gustar a todos, conserva su calado emocional y moral.