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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
8
Drama Mississippi, años 60. Skeeter (Emma Stone) es una joven sureña que regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora. Su llegada altera la vida de la ciudad e incluso la de sus amigos porque se ha propuesto entrevistar a las mujeres negras que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias sufriendo todas las formas de discriminación racial. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que Criadas y Señoras es una mala o mediocre película, e incluso menospreciarla con el apelativo de americanada típica, es quedarse muy lejos de la verdadera calidad de la cinta, teniendo en cuenta la emotividad indiscutible de su historia, la extraordinaria labor de todas sus actrices y el espléndido diseño de producción del que hace gala.

Otra cosa es querer afirmar que nos encontramos ante un potente ejemplo de cine social, que desgraciadamente es lo que Criadas y Señoras debería ser, y no es. Por nombrar referentes cercanos a su imprescindible localización, Criadas y Señoras está lejos de las dolorosas visones de Arde Mississipi o Matar a un Ruiseñor, o de la trascendencia de El Color Púrpura, o de la poética de Lejos del Cielo. Los responsables de Criadas y Señoras optan al contrario por una respetable visión positivista y luminosa de la tragedia, sin darse cuenta de que lo que realmente cuentan, pese a el optimismo a transmitir, es una tragedia. Ésto le resta fuerza a una película que podría ser un grito desesperado por la tolerancia, la libertad y el feminismo, y se queda en una fábula de superación localista.

Pero no se puede tan solo tener en cuenta eso. Criadas y Señoras es una historia original, que pudo ocurrir, y que aunque sea de soslayo, habla de conceptos e ideas necesarios para que el mundo avance, necesarios para hacer avanzar un mundo en el que el racismo y la estupidez están tan unidos. También se intuye esa doble moral, esa hipocresía total de un país, que incluso en la segunda mitad del Siglo XX conservaba a esclavos (pese a que no se les llame así) en los que desahogar las frustraciones de esa sociedad de la imagen, de la perfección aparente.

Y el punto fuerte de Criadas y Señoras es sin lugar a dudas un reparto de mujeres en el que cada cual está más extraordinaria. Por un lado, es un placer ver trabajar a esas actrices que merecen muchos más papeles, como Mary Steenburgen, Allison Janney o Sissy Spacek, realizando unos trabajos de composición fascinantes. Además, se tiene la oportunidad de reivindicar el arrollador talento de Bryce Dallas Howard, tan potente en este registro oscuro como en el heroico de The Village o Manderlay. Por otro lado, es un gusto descubrir a actrices tan diferentes pero con la capacidad de dar vida a personajes de manera tan limpia, tan contenida y a la vez característica como Emma Stone (espléndida ya en Rumores y Mentiras o en Crazy, Stupid, Love) o Jessica Chastain (tan apasionante aquí como en esa mujer tan distinta que inmortalizó en El Árbol de la Vida). Y por supuesto, la humanidad de las heroínas de Criadas y Señoras, de Viola Davis (esta mujer es un prodigio) y Octavia Spencer (y esta un descubrimiento) hace que esta historia, pese a no trascender en su carga social, emocione en todo momento, por cómo todos los personajes, y en especial los de estas dos últimas, luchan en un mundo desigual, con la única ambición de salir adelante con orgullo y dignidad.
jaly
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