La posición que se adopta ante un remake es de claro escepticismo. Uno se prepara para lo peor, y no es de extrañar,si se tiene en cuenta que el remake no deja de ser una operación comercial para reeditar el éxito comercial que tuvo una película años atrás y cuyos resultados suelen ser siempre los mismos, decepcionantes, pues no dejan de ser o pobres copias del orginal o adaptaciones que pretenden actualizar una trama pero que acaban por desfigurarla completamente.

En este segundo grupo se podría incluir a "El sabor de la muerte", un adaptación actualizada del clásico "El beso de la muerte". Pero en este caso hay que decir que el resultado final es más que encomiable.

Lo mejor de este film es su capacidad no sólo de transportar la trama a la actualidad sino que intenta buscar enfoques diferentes. Así puntos que importantes de la original que quedaban al fondo de la historia son aquí rescatados y analizados más profundamente dotando de mayor realismo y coherencia al argumento. Aunque mantiene basicamente las estructuras psicológicas de los personajes, sabe realizar con acierto los cambios oportunos. Caso destacable es el del fiscal interpretado por Stanley Tucci que pasa de ser una especie de ángel de la guarda en la original a un tipejo sín escrúpulos y manipulador. Eso es exactamente lo que define lo que es una buena adaptación saber que los tiempos cambian y por tanto un personaje como este hubiera quedado absolutamente incoherente y desfasado en nuestros tiempos.

Curioso es tambien el paralelismo entre elencos. David Caruso demuestra ser casi tan mal actor como Victor Mature y curiosamente por ello nos lo creemos. Lo que sí chirría es el cambio de Richard Widmarck por Nicholas Cage. Incluso aún teniendo la decencia de pasar de un psicópata frío y refinado a un bruto descontrolado lo de Cage sigue siendo excesivo y constituye quizás la parte más irritante del film.

Así pues nos hallamos ante un remake modesto, hecho desde el respeto y la admiración por el clásico que versiona. Esta no es evidentemente la mejor película de la historia, pero si un ejercicio de estilo que pasó desapercibido y que bien merece una revisión, sobre todo por aquellos que siguen empeñados en creer que hacer un remake consiste en hacer caja y destripar a los clásicos.

Lo mejor: El profundo respeto por el film original.
Lo peor: Algunos interpretes no están a la altura.