Claro que funciona la cosa. Se podría decir que es una película más de Woody Allen; y decir eso es decir mucho. Una película brillante más, con capacidad de transmitir ideas y de divertir. Y van...
Una primera pregunta que se hace mucha gente al salir el cine. "Sí cine". El personaje principal puede ser un alter ego (con matices) de todos los personajes a los que ha dado vida Woody Allen. Dicho de otro modo, el papel le va que ni pintado. ¿Por qué no es él el protagonista? Lo hace bien Larry David, pero.....no es Woody Allen.
Allen nos vueve a contar una historia preciosa, divertida. Su comididad está en buena forma; su capadidad para transmitir ideas, para hacer pensar, también.
Un vez más Allen ofrece un canto a la libertad individual. Vive y deja vivir. La chica es la naturalidad total. Es preciosa la manera en que cuenta como hizo el amor la primera vez.
El amor dura lo que dura. Un lapsus, un tiempo... Ella lo asume (y el también) Si funciona....Mientras funcione....No desperdicies los momentos felices. Más tarde todo se acabará.
Allen dispara de forma ácida y brillante contra los prejuicios de la sociedad americana, los convencionalismos, la hipocresía: los giros vitales de los padres de la chica.
Es curioso y divertido el rockambolesco final (* spoiler) en Año Nuevo; la conjunción de casualidades.
Como en todas las películas de Woody Allen , las interpretaciones son certeras. Merece destacarse Patricia Clarkson, la madre, que transmite de forma excelente su experiencia vital, su giro hacia la desinhibición.
Larga vida a Woody Allen.