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España España · Getxo (Bizkaia)
Voto de Rober:
8
Drama. Romance Irlanda, 1916. Cuando Charles (Mitchum), un maestro rural viudo, vuelve de Dublín a su aldea natal, Rosy (Sarah Miles), una muchacha muy impulsiva, se encapricha con él y no parará hasta llevarlo al altar. Pero el matrimonio fracasa: Charles es un hombre maduro y sosegado mientras que su esposa es una joven muy apasionada y romántica que acaba enamorándose de un oficial inglés con el que se ve en secreto. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2006
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los maravillosos pueblos de la bahía de Dingle, de la verde, católica y conservadora Irlanda, "La hija de Ryan" es una película de culto. En parte es convicción y en parte reclamo turístico. La escuela se mantiene erguida en un paisaje elegíaco. El paisaje natural y humano que buscó y encontró David Lean.
Rosy, la hija del tabernero Ryan, es una joven caprichosa, enamorada (o encaprichada) del culto maestro del pueblo (un solitario y alejado pueblo irlandés), un hombre bastante mayor que ella.
El, muy enamorado (o necesitado) de ella, accede a la relación y se casan.
Pero la vida es aburrida para Rosy, las cultas aficiones de su marido (la música, Beethoven) no le motivan y en su vida falta la pasión. La pasión llega con el mayor inglés que llega al pueblo. Convincente y perturbador Christopher Jones.
La película es grandiosa y grandilocuente, aunque quizá le sobra metraje. Dos horas hubiera sido una duración mas que suficiente.
En contra de lo que dice determinada crítica/opinión mayoritaria, la película es profunda y rica en su argumento y directa en su exposicion y desarrollo.
Son mejores los momentos del triángulo amoroso que los relacionados con el tráfico de armas por parte de los independentistas irlandeses. Ese aspecto de la película (sobre todo al principio de la 2ª parte) resulta excesiva (la noche, las olas, la gente del pueblo).
Es inquietante la supuesta connivencia entre la Alemania nazi y el independentismo irlandés.
El amor (o la pasión) deben triunfar sobre los intereses locales, políticos, militares, las patrias y las razas. El cobarde mayor inglés es una gran persona.
El personaje de John MIles (que todo lo ve y obtuvo un oscar) sobra. Sin el, la película hubiera sido mas cruda, mas real, mas auténtica.
La película, a pesar de momentos de baja intensidad (que la alejan algo de "Lawrence de Arabia" o "El puente sobre el rio Kwai") es un canto a la libertad personal frente a la conducta de las masas.
Rober
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