Parece poco probable, casi una broma, que en estos tiempos se encuentre una cinta que tenga sólo un nombre dentro del reparto de actores. ¡Sólo uno! Ni películas basadas en esfuerzos individuales de superviviencia, caso "127 horas", "Naufrago" o la más reciente "Gravity", entre otras, han utilizado tan pocos recursos y una estructura tan sobria como lo hace "All is lost".

La fuerza de Robert Redford saca el filme a flote. Su gran capacidad como actor principal y su gran carisma son, quizá, la única razón por la que te mantienes expectante frente a la pantalla. Apenas mencionando un par de palabras durante toda la cinta (desde las películas de Chaplin no recordaba algo así), el veterano actor sustenta su trabajo y el drama de la cinta desde las emociones, los gestos, la sabiduría y la calma. Es un trabajo magnifico. Considero que desde ahora la actuación de Redford deberá ser referencia obligatoria para los párvulos que se inician en el mundo de la actuación.

La película tiene algunas escenas de gran belleza. El juego de cámaras desde el fondo del océano es bastante sugestivo. Destaco el hermoso y parsimonioso comienzo de la cinta, y la creciente expectación y dramatismo que se intensifica con el paso de los minutos.

Son aterradoras algunas escenas, pero es más aterradora aún la tranquilidad con que el anónimo protagonista asume la situación. ¡Un crack!