Divertidísima y resultona comedia de acción con guión de Luc Besson caracterizada por un ritmo endiablado, una historia simpática y un dúo protagonista carismático y que se complementa la mar de bien, junto con personajes secundarios memorables, como el imbécil del comisario Gibert. Todo ello en torno al verdadero protagonista de la función: el taxi, un cacharro modificado a más no poder y del cual derivan algunas de las mejores (y también más fantasmas) escenas del film.
Está claro que de chaval me hizo reír más que a día de hoy pero aún así continúa teniendo eso que me hace poder seguir viéndola una y otra vez.
¡Grandes Daniel y Emilien!