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España España · Málaga
Voto de Isildur:
6
Drama Convencido de que el mundo exterior es dañino para su familia, Gabriel Lima ha mantenido encerrados a su esposa y a sus hijos durante dieciocho años. Los días pasan melancólicos, mientras la familia se entretiene fabricando un raticida en polvo que Gabriel sale a vender en las tiendas del barrio. El frágil equilibrio emocional de la familia Lima se rompe el día en que Gabriel se da cuenta de que sus hijos están despertando a la adolescencia. (FILMAFFINITY) [+]
18 de agosto de 2016
6 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Canino me parece una jodida obra maestra. Cuando la sacaron leí algunas críticas negativas que decían que se había copieteado de una película mexicana de los años setenta. Seguramente en su día leería el título y la buscaría y todo, pero no me he coscado de que se trataba de El castillo de la pureza hasta que me la he puesto. Será copia o pura casualidad, el caso es que Yorgos Lanthimos sí que sabe sacar todo el jugo a este argumento que en manos de Ripstein queda algo endeblillo. Un padre de familia mantiene encerrados a su mujer y a sus hijos, que nunca han visto el exterior, en el patio del Chavo del 8. La mujer sometidísima se limita a estar guapa y a cocer patatas y alcachofas para cuando llegue el marido, figura de autoridad que se encarga de velar por el correcto funcionamiento de este microcosmos dedicado a fabricar raticidas. Y todo para preservar una supuesta pureza alejada de los vicios del hombre mundano. Sí, hay chicha, bastante, pero a la película le falta rotundidad; de hecho, cuanto más seria y crítica se pone la cosa, más ridícula se torna, con esos chillidos y sollozos de telenovela que compiten en verosimilitud con el “maldita lisiada” de María la del barrio. Para ejemplo, la escena final, que hace aguas por todos lados. Y aquí a las lámparas las llaman lámparas y no coños. Pierde toda la gracia. Aunque reconozco que me encanta que no coman carne, pero que experimenten con ratas grandes como caballos, y que hayan tenido peor gusto a la hora de decidir los nombres de los hijos (Utopía, Porvenir y Voluntad, toma ya) que mi hermana la preñada, que quiere llamar al bicho, si es niña, Cher. Si es así, Claudio, hazme el favor, enciérrame a mí también. O mátame, directamente.
Isildur
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