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Voto de SaintSinner:
8
Drama Cocó, de ocho años, no encaja en las expectativas del resto y no entiende por qué. Todos a su alrededor insisten en llamarle Aitor pero no se reconoce en ese nombre ni en la mirada de los demás. Su madre Ane, (Patricia López Arnaiz), sumida en una crisis profesional y sentimental, aprovechará las vacaciones para viajar con sus tres hijos a la casa materna, donde reside su madre Lita (Itziar Lazkano) y su tía Lourdes (Ane Gabarain), ... [+]
5 de septiembre de 2023
3 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay una cualidad que me encanta en el cine (y en la vida en general), que es la de la sutileza bien llevada. Para mí siempre cuenta con un puntito positivo extra esa película que no necesita tratar al espectador como tonto con innecesarias sobreexplicaciones y que no tira de artificios impostados para intentar engordar la trama o la fotografía. "20000 especies de abejas" es sin duda un buen ejemplo de esto.

En este caso concreto me llama aún más la atención porque el eje central en torno al que gira la historia no es precisamente cualquier cosa, sino un tema bastante delicado y que se basa mucho en un plano emocional, lo que a priori no es fácil de plasmar de forma tangible. Sin embargo, la directora ha sido capaz de sumergir, hacer conectar y viajar al espectador en esa pequeña gran etapa de transición que la pequeña protagonista vive en ese verano rural.

El ritmo pausado, los planos inteligentes, la bella fotografía, los diálogos familiares... todo rezuma una cotidianidad que envuelve poco a poco y te va haciendo partícipe de algo que, aunque no hayamos vivido en primera persona en la mayoría de casos, empezamos a ser capaces de entender y compartir con cada nueva escena.

En "20000 especies de abejas" no hay una trama potente como tal, no hay acción desenfrenada ni hay drama escandaloso y fácil. No. Aquí lo importante es otra cosa, la clave es la sensibilidad, la delicadeza contundente (si eso es posible) con la que se muestran los entresijos emocionales de un proceso tan complejo. Hay un par de momentos con frases de la protagonista (como la que titula esta crítica) que literalmente te hacen sentir esas palabras de forma casi personal.

Obviamente sería complicado alcanzar este nivel sin un reparto a la altura. Y lo hay, vaya que si lo hay. Quiero poner el foco principal de esto en tres de las generaciones de la familia protagonista, empezando por una espléndida Ane Gabarain que siempre es sinónimo de buen hacer y que en este caso, por supuesto, no es diferente. Continúo con una Patricia López Arnaiz rayando a un nivel altísimo y realizando un trabajo superlativo. Quiero terminar, como no podía ser de otra forma, con la pequeña Sofía Otero. Qué barbaridad. Rodeada de tanta calidad es capaz de brillar con luz propia y comerse la escena en cada una de sus apariciones, que son muchas al ser la protagonista. Realmente me ha sorprendido tanto que me atrevo a decir que es uno de los papeles infantiles más potentes que he visto en el cine español, quizá incluso el que más de forma absoluta. Una auténtica maravilla de trabajo interpretativo que no me extraña que haya sido reconocido en festivales tan prestigiosos como el de Berlín. Totalmente merecido.
SaintSinner
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