Tal como pasó con la primera entrega, esta segunda vuelve a plantearse como un drama romántico erótico estadounidense y se queda traba en una novelita rosa, sin nada de intensidad erótica. Cuenta con una aceptable interpretación de Dakota Johnson que se esfuerza por hacerla perra erótica pero su candidez se lo impide, con esa carita tan dulce es imposible ingresar al mundo del sado.
El principal problema del guión escrito por Niall Leonard (sobre la novela escrita por E.L. James) es que se plantea ser algo que no es, pero en esta segunda oportunidad parece que la promoción de erotismo es más ambiciosa que la propia narrativa; mientras que el director James Foley (¿Quién es esa chica?, 1987) entiende rápidamente de qué se trata, consigue reconvertirla en una aceptable película romanticona con algunas escenas elevadas de tono sexual, bien cuidadas y sin mucho ingenio.
La historia vuelve a meterse en la vida de Christian Grey (Jamie Dornan), el joven multimillonario sadomasoquista que se no acepta el rechazo de Anastasia Steele (Dakota Johnson) y se empecina en reconquistarla.
Mientras se acomoda a la normalidad de una vida signada por los sentimientos amorosos, intenta plantearle un nuevo acuerdo a la jovencita a quien intenta controlar y sobreproteger, aunque la independencia y la forma de ser de ella lo irá acomodando lentamente.
La propuesta de James Foley se aleja por completo de aquellas promociones originales de erotismo y se apoya en los mejores y pocos elementos narrativos románticos con los que cuenta, en los que la candidez de Dakota son una pieza clave. La jovencita domina esta vez la película y su inocencia se convierte en el corazón de una trama romanticona que por momentos se fuerza en mostrarse erótica pero pocas veces lo logra.

Calificación Fanaseriecine: 4 ½ sobre 10