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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
7
Comedia. Drama Chance es un hombre peculiar. Su vida se reduce a cuidar el jardín de la mansión de un hombre adinerado y a ver la televisión el resto del día. Pero, cuando el dueño de la casa muere y Chance es despedido, no está preparado para hacer frente al mundo exterior. Tiene, sin embargo, la suerte de conocer a Eve, una buena mujer que lo acoge en su casa. Lo paradójico es que, poco a poco, este hombre analfabeto pero extremadamente cortés ... [+]
24 de diciembre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca serás lo suficientemente estúpido como para no poder acceder a un cargo político. Ese es el principal mensaje que nos traslada Hal Ashhy en esta comedia, adaptación de la novela de Jerry Kosinsky. Y aunque pueda parecer una exageración irónica, lo cierto es que a todos se nos pasan por la cabeza un montón de ilustres gobernantes de parejo perfil al del jardinero; eso sí, con más diplomas y titulaciones, pero con menos aciertos en sus aseveraciones.

Mr. Chance parece un hombre sabio porque parece escuchar y calla como nadie. Sus supuestos pensamientos alcanzan notoriedad bajo el mecenazgo de un hombre poderoso, postrado en el lecho por una enfermedad terminal. Apariciones televisivas y mediáticas que airean sus sagaces y silenciosas opiniones, le convierten en consejero exitoso del mismísimo Presidente de la Nación. Su singular y bonachona personalidad enamora por doquier, e incluso experimentadas mujeres se rinden a sus imaginables encantos.
Indudablemente Chauncey Gardiner ha nacido para liderar y decidir con acierto en las más altas esferas.

Moraleja: las diferencias entre un listo y un retrasado son mínimas cuando se trata de pastorear masas; con una buena imagen, sensatez ovina y marketing (especializado en engañabobos), cualquier idea puede ser vendible. De hecho cuanto más elemental sea más ingeniosa se considerará.
Los ciudadanos, desgraciadamente, no están para tomar decisiones, si no para premiar la mejor campaña, la más cara y machacona y la que mienta con la mejor sonrisa, sean quienes sean los candidatos. Eso lo saben muy bien los grandes inversores, los que manejan en la sombra a los títeres encargados de llevar a la sociedad a sus rediles.

Este alegato humorístico del director estadounidense es bastante amargo si nos reconocemos gritando entre balidos: Bienvenido, Mr. Chance.
Sinhué
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