Una gira por latinoamérica, de dos cantautores de referencia, es la excusa de Francesc Relea para revisar el equipaje de dos personas, personajes y personalidades, que permanecerán en la historia de los trovadores hispanos. Porque Serrat y Sabina son algo más que dos marcas discográficas, son cronistas de la vida de una gran parte de sus contemporáneos; de esa vida que también pasa por romper un escaparate, viajar en trenes (sin billete), bañarse en el río, pasear con las Madres de Mayo, enamorarse de la prima pecosa, denunciar dictaduras y decir nones a una princesa.
La banda sonora de los que tenemos más de cuarenta años, incluye, seguro, algún tema de estos dos poetas y, en ocasiones, hasta algún himno. Más de la mitad de las canciones compuestas por ellos, las hubiéramos firmado, porque da la casualidad que las cosas que a ellos les han pasado, a nosotros también, y con parecidos resultados.

De estos bolos, más allá del atlántico, de dos "rockerillos" que afrentan su séptima década, queda más el sentimiento de lo vivido, de lo perdido y de lo encontrado, que la idea de que aún hay cosas que decir. Suena más a despedida, es cierto, a homenaje, y por eso nos invade cierta tristeza al terminar la película documental; que agradecemos quienes hemos considerado al de Jaén y al catalán como dos coleguillas del barrio.