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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Tras haber luchado en la Primera Guerra Carlista, Martín vuelve a su caserío familiar en Guipúzcoa y allí descubre con sorpresa que su hermano menor, Joaquín, es mucho más alto de lo normal. Convencido de que todo el mundo querrá pagar por ver al hombre más grande sobre la Tierra, ambos hermanos se embarcan en un largo viaje por Europa en el que la ambición, el dinero y la fama cambiarán para siempre el destino de la familia. Una ... [+]
20 de febrero de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se respira durante todo el metraje de esta buena ficción (basada en hechos ciertos) un existencialismo que tiene más que ver con lo oneroso de la subsistencia del individuo, que con nuestra liviana, fugaz y natural presencia sobre la tierra.

Joaquín, está afectado de gigantismo allá por los mediados del siglo XVIII, justo cuando los carlistas (Carlos Borbón, con Zumalacárregui) y liberales (isabelinos o cristinos, con Espartero); o sea, los partidarios de "Guatemala" o "Guatepeor" la emprendieron a garrotazos. Su hermano Martín es reclutado a la fuerza por el bando de los de: Dios, Patria y Rey, regresando herido al miserable caserío de su padre. Allí decide aprovechar la enfermedad de su entrañable compañero de correrías para ganar unos reales que les permitan seguir comiendo caliente. ¡Qué mejor que mostrar a los paletos, y también a los científicos, lo nunca visto, la deformidad: el hombre más alto del mundo!

La enorme humanidad encarcelada del gigante, del anti-ogro, del niño de dos metros y medio; las reacciones de la turba ante lo desconocido; el espectáculo como vehículo degradante, como apisonadora de la dignidad... Todo está contado con gran tacto, verismo y realidad por un equipo de artistas vascos (directores, guionistas, fotógrafos, actores...) sobresalientes paisanos del universal Pío Baroja, que caminó muy próximo a estas aldeas vascas, y a sus gentes, en Zalacaín el Aventurero.

Y por supuesto, merecidísimo Goya a Eneko Sagardoy por esa mirada atónita e inocente ante la vida, ¡ que tanto quiere! y, que de forma inmisericorde, le ha escogido a él para ser una monumental víctima.
Sinhué
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