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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Cine negro. Thriller Después de cumplir cinco años de condena, Tony Le Stephanois sale de prisión con la intención de cambiar de vida, pero se encuentra con que su amante está con un conocido gángster. Como carece de recursos económicos, no le queda más remedio que volver a su vida pasada y reunirse con sus viejos compinches. Durante semanas prepara minuciosamente con ellos un golpe perfecto: el atraco a una inaccesible joyería de París. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2009
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca se contó mejor un atraco, ni con menos palabras. De un proyecto que en sus orígenes estuvo trufado de dificultades: director perseguido (caza de brujas), falta de dinero, encontronazos con el autor del texto, actores poco experimentados...nació una obra maestra, referente imprescindible para las películas que sobre el género de robos se hicieron después.

Jules Dassin, como tantas veces en la historia del arte y la creación, hizo de las carencias virtud y aprovechando un episodio de una durísima novela de Auguste Le Roche (que tras pelearse acabó colaborando en el guión) redondeó, también con la pluma de René Wheeler, un relato sincronizado de vida y muerte, para mayor gloria del Cine Negro.

El exilado director estadounidense consiguió casi sin proponérselo y gracias a su buen oficio, esta vez bajo bandera francesa, ganar el Festival de Cannes de 1955 y hacer muy popular en su momento la película. Como dato anecdótico señalar que el gobierno mexicano del momento llegó a prohibirla por dar demasiadas pistas sobre cómo llevar a cabo un atraco con garantías de éxito.

Rififí, para los interesados en cuestiones semánticas es una palabra de los bajos fondos parisinos que significaría algo así como pelea, bulla, descontrol..., nuestro equivalente, que procede del término francés, sería rifirrafe.

Rififi, como no podría ser de otra manera, está rodada en un blanco y negro de excelente calidad fotográfica y además de la famosa, larguísima (que se os hará muy corta) y rítmica (sin música) escena del robo, tiene, para mi gusto uno de los momentos más alucinantes que he vivido en el cine: la inocencia juguetona y vitalista viaja en el mismo coche que viajan el fracaso, la angustia y la agonía mortal.
Sinhué
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