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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Los conventos de la Magdalena en Irlanda eran gestionados por las hermanas de la Misericordia en nombre de la Iglesia católica. Acogían a muchachas enviadas por sus familias o por los orfanatos, que allí quedaban encerradas y a las que se obligaba a trabajar en las lavanderías para expiar sus pecados. Dichos pecados eran de distinta naturaleza: desde ser madre soltera a ser demasiado bella o demasiado fea, o demasiado simple o demasiado ... [+]
22 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Irlanda, como España, Italia, Polonia... y también Brasil, Mexico, Filipinas, Argentina o Colombia; países de tradición católica dominante, la mayoría de ellos sin competencia de otras religiones. Lugares donde la jerarquía eclesiástica cristiana ha desarrollado un monopolio abusivo al ser la institución más longeva e influyente de las sociedades, en que imparten lecciones de moral y buenas costumbres. Inundan además a dichas comunidades con ingentes cantidades de agua bendita para santificar gobiernos, judicaturas, ejércitos, hospitales y escuelas pías; organismos fundamentales en el tejido social.
Como diría un amigo mío, la Iglesia no solo es de las organizaciones más antiguas; si ponemos a un lado a las monjitas (la clase explotada), veremos que en ella todos son capitanes (como mínimo), estudiados, amigos de los poderosos y entrenados para convencer; lógicamente cuanto menos preparadas las ovejas, más posibilidad de éxito.

Con estas premisas, en la apodada "Isla Esmeralda", sucedían cosas como las que nos cuenta Peter Mullan, allá por 1963, en una residencia para "descarriadas", que contaba con el beneplácito de la mayoría de la población irlandesa.
Los que gustan de sacar a pasear el término maniqueísmo, porque no creen que haya malos tan malos ni buenos tan buenos, advertirán en esta película que solo hay víctimas y fanáticos (unos más ignorantes que otros). Gradúen ustedes ponderadamente el nivel de bondad o perversidad de cada cual, porque el director no ha querido participar en la calificación. Pero yo entiendo, desde mi ateísmo de ex-seminarista, que es la creencia romana, más que la religión sincrética de Manes, la que establece directrices torticeras e inasumibles para la naturaleza de los seres libres.
No es menos malvado el que actúa en nombre de un credo, y si de verdad viviéramos en pueblos que persiguen la democracia y la justicia social, los delitos del patriarcado con sotana deberían estar doblemente penalizados: por aprovecharse de los inocentes y por no poner en práctica su propio evangelio.

Las hermanas de la Magdalena, que siguieron practicando su particular batalla contra el pecado hasta 1996, sacando el demonio del cuerpo de las jovencitas a base de castigos y trabajo, eran a la par pacientes esclavas de una grey que trata a las mujeres como seres inferiores, las auténticas culpables de que esto no sea un paraíso terrenal.
¡Bravo por el escocés!; que topó con la Iglesia, no retrocedió y ni siquiera cayó de su caballo. Dando ejemplo de que no son invencibles algunos gigantes.
Sinhué
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