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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Un sofocante día de agosto de 1945, recién acabada la guerra en Europa, los habitantes de un pueblo se preparan para la boda del hijo de un funcionario del ayuntamiento. Mientras, dos judíos ortodoxos llegan a la estación de tren portando dos misteriosas cajas. El funcionario teme que los hombres sean hijos de los judíos que fueron deportados, que vienen a reclamar las propiedades que ahora tienen ellos de manera ilegal, perdidas por ... [+]
4 de enero de 2021
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más la condición humana, y la reacción ante los acontecimientos que nos atropellan, como tema vertebral de una estupenda reflexión, pasada a papel por Gábor T. Szántó y el propio director.

Los hechos que tienen lugar en un pueblo húngaro, al término de la II Guerra Mundial (nunca he entendido como algo tan vergonzoso hay que escribirlo con mayúsculas), cuando dos desconocidos aparecen quebrando el equilibrio de la sociedad rural y erizando las culpables conciencias de sus habitantes, no son cosas aisladas, que tienen que ver con actos concretos y puntuales, son erupciones de la memoria por las cobardías, los silencios y el sin número de complicidades cuando nos dejamos arrastrar por la marea de la sinrazón y el abuso. En ocasiones, esta colisión entre la verdad y la hipócrita normalidad, produce algunos efectos catárticos en sus protagonistas, pero lo más común es que entre todos intentemos echar tierra encima y que todo siga su curso, o sea, el cómodo derrotero de los necios.

El cine, que tiene la destreza de trasladarnos a años y siglos lejanos, ayudado en esta ocasión por un evocador blanco y negro, en el que solemos archivar episodios reminiscentes; también posee la facultad de establecer comparativas con situaciones actuales de forma subrepticia. A mí el comportamiento de unos y otros me pone, como delante de un espejo, los vergonzosos sucesos de nuestros días y vuelven, como ha sucedido a lo largo de la historia, las ocultaciones, las distracciones para no ver lo que está pasando: crisis migratorias, conflictos interesados, rapiñas especulativas (fondos de inversión y fondos buitres) que desembocan en deshaucios...; con la aquiescencia, eso sí, de los poderes públicos que en muchos sitios elegimos nosotros, porque en el fondo sus ambiciones son las nuestras, y nada podrían sin nuestro permiso.

Esta micro autopsia de Ferenc Torök sirve para mostrar que los pútridos órganos que fabrican la maldad funcionan perfectamente en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier circunstancia, y que los supuestos valores humanitarios son tan solo un rescoldo ahogado por toneladas de frías cenizas.
Sinhué
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