Solvente el director británico Peter Yates en este trabajo que tiene que ver con la testaruda inercia de un buen profesional de la policía de San Francisco, al servicio de vaya usted a saber qué intereses.
Es un buen film de policías, mafiosos, políticos sin escrúpulos y acción. Una de las mejores persecuciones de coches, que recuerdan los amantes del género, se rodó en "Bullit" y en las calles-tobogán de la ciudad californiana.
Pero Frank Bullit es algo más que un buen detective, es posiblemente el detective menos parlanchín de la historia del cine, el más discapacitado para demostrar emociones, pero el más consciente de estar inmerso en un mundo putrefacto y sin sentido en el que hay pocas cosas que merezcan la pena y en el que es mejor no hacerse demasiadas preguntas.

El hierático Steve McQueen interpreta aquí un personaje que es una segunda piel de su propia personalidad. Su mirada, que confirma con tristeza todo lo que ya supone, vuela por encima de la negra realidad y el cálido cuerpo de una mujer es el único sistema de descongelación del crónico frío instalado en el esqueleto de su espíritu.
Muy recomendable, sobre todo, para los amantes del cine policíaco y de acción que admitan toques existencialistas.