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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Lilja, una adolescente rusa de 16 años que ha sido abandonada por su madre, lleva una vida miserable en una empobrecida ciudad de la antigua Unión Soviética. En un ambiente dominado por las drogas y la miseria, prostituirse es el único medio para poder comer. La esperanza llega el día en que conoce al atractivo Andrei, que le promete una vida mejor en Suecia. (FILMAFFINITY)
14 de noviembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lilya comenzaba a vivir cuando el tenebroso régimen comunista se derrumbó, empujado por los solidarios demócratas del mundo occidental. Hasta ese momento, el de la caída, la capacidad de decidir era un bien escaso, las posibilidades de medrar estaban amputadas y en las estanterías de los supermercados no había más que dos marcas de dentrífico. Por suerte la preciosa "rusita"se nos está haciendo mujer en un mundo diferente en el que hacer lo que te dé la gana, dentro de tus posibilidades, es un bien en alza, al que los neoliberales llaman libertad.

En este delicioso ambiente del sálvese quien pueda, por el que tanto lucharon algunos emprendedores mafiosos (compañías petrolíferas, multinacionales privatizadoras, políticos corruptos y otras malas yerbas), a algunos ciudadanos inocentes y desubicados les cabe el honor de integrar el ejército de víctimas por daños colaterales de la globalización económica; o sea: parados, explotados, desalojados, menesterosos y jóvenes sin futuro (¡pero con ipod!).

Lilya, 16 cándidos añitos, tiene más suerte que su abuela, ella no tendrá tantos problemas para salir del país y comenzar una nueva y fabulosa vida al otro lado del frío y la grisura. Allí. donde abundan las oportunidades, donde el sol sale para todos, donde anidan las sonrisas y la comprensión, donde los hombres ven antes al ser humano y después a la chica bonita...¡Qué suerte además estar enamorada, que te quieran y te mimen!; ¡pobres las mujeres que caen en manos de desaprensivos!.

Espeluznante y más que necesario el relato de Lukas Moodysson, que cualquier educador en países deprimidos debería hacer de obligada visión y análisis en sus clases con adolescentes.
Porque, efectivamente, nosotros sabemos que las jóvenes de la antigua URSS ya pueden viajar y trabajar en Europa y USA: catálogos de Dulce Compañía, azafatas de altos vuelos, casas de masajes, clubes de carretera.... pero ellas desconocen la letra pequeña del contrato y las "estupendas" condiciones de sus contratadores; a quienes algunos envidiosos, lejos de premiar por su visión innovadora del mundo del ocio, acusan de tráfico y comercio de personas.
Sinhué
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