Años antes del golpe de estado del fascista Franco había razones en España para creer que las cosas podían mejorar. Había, por aquellas fechas, curas y guardias civiles republicanos, tertulianos de distinto signo compartiendo mesa y mantel, ultracatólicos enamorados de liberales jovencitas, hijas de raros artistas anárquicos....y el amor y la vida florecían delante de los ojos incrédulos de Fernando, afortunado desertor y estupendo cocinero. Fué, sin duda, una corta y dorada época.

La película que supuso el segundo de los cinco oscar que, como mejor película de habla no inglesa, han obtenido los españoles (sin contar la magnífica "El discreto encanto de la burguesía " de Buñuel, bajo bandera francesa) es una comedia resultona, tierna y con un guión firmado por Rafael Azcona que permite lucirse a los actores; sobre todos el gran Fernando Fernán-Gómez.

A reseñar la luminosidad de una España vivaracha, divertida y con ideas, antes de caer en el oscuro pozo de la dictadura y convertir la Patria en Una, Grande y Libre, por la gracia de Dios.