Como decíamos, este episodio cierra un capítulo de la clásica lucha del Bien contra el Mal con más corazón que cabeza, planes alocados, decisiones precipitadas, es que no da tiempo a pensar con este dinámico montaje, combates de sable, secundarios poco o nada relevantes, cameos de viejos conocidos, frases recurrentes, risas malvadas, destrucción planetaria y como cosa novedosa, un poco de reiki.

Me sabe mal pero me he aburrido más que otra cosa durante los 140 minutos de metraje. Dos o tres momentos emotivos a lo sumo y mucha genericidad. De las ideas "modernas" del episodio 8 ni rastro, cosa que muchos aplaudirán, es cuestión de gustos. Pero lo mire quien lo mire estará de acuerdo que al final ha quedado una trilogía final bastante esquizofrénica. A pesar de todo, reconozco que el final final es muy digno.

Destacada la actuación de Daisy Ridley que lleva el peso de la película, cuando ella no está en escena se nota el bajón. Y por supuesto visualmente es una gozada y se visitan más planetas que nunca, cada cual con su propia belleza que nos han hecho los ojos chiribitas. Este es el motivo principal para recomendar esta película.

Gustará a: serpientes, surferos, medallistas
No gustará a: topos, abuelos, iconoclastas