Sang-Woo tiene 7 años y nació y creció en una gran ciudad, pero un verano es enviado a vivir con su abuela muda, que ha pasado su vida en un pequeño pueblecito. Forzado a esa convivencia, Sang-Woo empieza a descubrir los pros y contras de la vida. Al ser un chico de ciudad, acostumbrado a los caprichos y lujos de la vida moderna, el muchacho chocará con su abuela, una persona noble cuya alma está muy ligada a la naturaleza.

Narrada de manera plácida y casi estática, no apostando por el camino de la sorpresa, sino por el más difícil, el de la identificación con la historia y de la reflexión, la película nos sitúa casi desde el primer momento en el ritmo vital de la abuela, por lo que aunque la trama la vemos a través de los ojos del niño, la vivimos con el "tempo" de la abuela.

Así pues en el film vemos como contrastan las deficiencias de la civilización de ciudad, el egoísmo del impaciente niño, frente a la generosidad y la sabia paciencia, muda, de la abuela, de su cultura…en la Naturaleza. Situaciones cotidianas, de desnuda sencillez, que vive la abuela, van llevando al niño, gradualmente, tras un inicial periodo de crispación y aburrimiento, a la admiración por las cosas más necesarias, al aprecio por todo, un progresivo acercamiento del niño a su abuela, a partir de una total antipatía inicial, llevado a cabo a través de las permanentes manifestaciones de amabilidad y afecto por parte de la abuela.


Como ya digo la película es sencilla pero va acompañada de una armonía visual, centrada en el personaje de la abuela, que conecta con el espectador.