Sentimientos encontrados: algunas cosas del filme me gustan, pero el conjunto no es lo que uno esperaba. Y quería que me gustara más.

¿Qué ha fallado? No lo sé. Un cúmulo de cosas. Si Wes Anderson ha convertido "El fantástico Mr. Fox" en una veloz, salerosa y loca película para niños (o no tanto) en la que prima el entretenimiento, Jonze ha elegido el extremo opuesto.

La narración es lenta y titubeante (pese a que el metraje apenas alcanza para noventa minutos), las canciones incrustadas con calzador en la BSO suenan impostadas (y no hacen más que recalcar un tono general videoclipero del que Jonze no había hecho gala en filmes anteriores), los conflictos son nimios, los monstruos tienen una personalidades poco atrayentes (pese al maravilloso diseño de algunos de ellos) y se echa de menos un sense of wonder que la película pedía a gritos. Además de que el guión exhibe una total falta de humor.

Supongo que Jonze ha querido psicoanalizar el cuento original y mostrar que no hay felicidad irreal en ninguna parte. Que hasta los mosntruos lloran, se deprimen y se hacen daño afectivamente. Que hay que conformarte con tener cerca a los que quieres.

Pero lo ha hecho de una manera demasiado triste y deprimente como para que el resultado sea satisfactorio.

Lo mejor: Los aullidos, la triste mirada del monstruo principal y algunas imágenes.
Lo peor: Que los bichos se comporten igual que adultos cabreados. Acaba frustrando.