Mira que Santiago Segura me parece un tío inteligente (aunque bastante reservado) con una inteligencia bastante respetable. Pero -

- la del público él no la respeta como cineasta, sin duda.

Y hoy por hoy, abunda en comedietas familiares sangrantemente blancas, televisivas (tv mala - comedieta de sobremesa) con niños pedorros, banda sonora telegrafiante, catastróficas desdichas de supuestamente hilarantes consecuencias y humor cuñadil.

O sea - ir a por el mínimo común denominador, señora.

Y claro - el público de estos lares, excelso a la par que exquisito, parece responder bien a propuestas así. Por lo que me temo que tenemos Segura en Modo Padre en Apuros hasta el fin de los tiempos.

Qué asco, qué desgracia, qué cruz y que medianía (por usar una expresión de cómic de JAN).

Y ahora, si me permiten, me vuelvo a casa a perder la fe en los espectadores nacionales. Y en su cine, caray.