La historia no tiene pies ni cabeza ni argumento. Se parte de la muerte de un niño, y esto desencadena una terapia sobre el "miedo", no sobre el dolor o sobre el duelo, sino sobre lo que le da miedo a la madre del chiquillo, que por cierto es una monería. Yo me he pasado todo el rato preguntándome qué es lo que desencadena ese miedo, porque parece que van dándonos distintas versiones según avanza la película, y según el señor Dafoe va tachando y añadiendo cosas a su pirámide.

Cuando leo que a algunas personas les ha transmitido ese dolor y tristeza, me pregunto si realmente habrán sentido dolor y tristeza por la muerte de un ser querido, porque esta mujer lo que tiene realmente es una aguda crisis de ansiedad y sentimiento de culpabilidad que no se ha tratado de forma adecuada y que desencadena en una psicosis y en un sentimiento de abandono y posesión, aderezado de mucha fantasía producida por lecturas de abusos y maltratos a las mujeres a lo largo de la historia.

Sólo se la recomendaría a un apasionado de la fotografía con una mente muy abierta.