Cashback es una oda a la belleza, y este y no otro es el fin último del artista, la belleza es un fin en si misma, el mejor motivo para hacer casi cualquier cosa… Esta película me ha inspirado muchos recuerdos, supongo que es de lo mejor que puedo decir de ella...

Recuerdo una escena que me habría encantado fotografiar, era una chica ecuatoriana muy guapa, de unos veinte años, vestida muy sexy, como una prostituta, pero con cierto refinamiento, un escote muy pronunciado con una especie de encaje que se dejaba ver, unas gafas de lectura, falda muy corta y tacones altos, entre las manos llevaba un libro de educación elemental demasiado elemental para alguien de su edad, creo recordar que era de historia. Ella iba leyendo su libro, a su derecha un tipo muy delgado de ojos grandes y claros, llevaba un mono de trabajo y me recordaba en cierta manera a algún personaje cómico de película americana, le miraba el canalillo con cierta lascivia, a su izquierda una señora mayor, con pelo gris y ropa muy sólida, de calidad sin llegar a ser ostentosa, le miraba de reojo con una mezcla de reprobación y desdén. Pude disfrutar de aquella escena una parada, como un pequeño cuadro de Norman Rockwell que se esfumara al segundo siguiente, una pequeña pincelada de belleza en un momento y un lugar muy gris… Eso es lo que nos cuenta Cashback, nos introduce en la mirada de un artista que encuentra la belleza en todo lo que le rodea…

Cashback es una película de ficción y de magia, una película que habla de la frustración y el fracaso pero sin adentrarse en ellas, sin regodearse. Mira el fracaso y el éxito con desapego, como si no pudieran tocar al narrador, como quien mira la mediocridad que pasa frente a sus ojos desde un asiento de piel detrás del cristal tintado de un coche de gama alta… El mundo está lleno de belleza, y Cashback, nos la muestra descarnada, sin prejuicios, sin valoraciones morales… En mi opinión una excelente película que recomiendo a todas las personas sensibles y amantes de la belleza…